Cuando viajó con 23 años a París, pudo ver la obra de los pintores impresionistas y más tarde en 1912 escribió, en su ensayo sobre el arte Die Neue Malerei (La Nueva Pintura):
“El período más memorable del desarrollo moderno del arte corresponde a los años noventa del siglo pasado, cuando el impresionismo francés se consumía por su propio fuego y reaccionó resurgiendo de sus cenizas como el ave Fénix, con una bandada de nuevas ideas, pájaros con plumas de colores y picos místicos”.
Hasta 1910 -con 30 años- no comienza a crear obras en su característico estilo. Ese año conoce a su gran amigo el pintor August Macke (1887-1914), más joven pero mejor formado.
En esta época Marc pinta animales con colores cada vez más libres: una vaca amarilla, los célebres caballos azules a los que dedicó varios cuadros…
junto al pintor Wassily Kandinsky, funda Der Blaue Reiter (El jinete azul),
'Dos caballos, rojo y azul' (1912)
Der Blaue Reiter (El jinete azul), es un grupo artístico de creadores que compartían en sus obras la expresión de fuertes emociones y sentimientos mediante colores vivos.
Duró poco tiempo pero el grupo transformó de 1911 a 1913 la trayectoria del expresionismo, una de las vanguardias más importantes del siglo XX.
Organizaron dos exposiciones y publicaron su famoso Almanaque, un libro con escritos y pinturas de Marc, Kandinsky, Jawlensky y Macke entre otros.
Continuamente cambiaba en sus cuadro los modelos de abstracción como intentando sintetizar el imaginario animal con una fuerza espiritual que ya no se contentaba con las formas tradicionales.
En sus últimos años de vida se dejó seducir por el trabajo de los futuristas italianos y por Robert Delaunay (1885-1947), un pintor que pasó del cubismo al orfismo, el estilo creado a partir del cubismo basado en las formas circulares y brillantes.
Él y su mujer, Maria, encontraron una casa en Ried, cerda de Benediktbeuren, un idílico pueblo de Baviera. En Ried pintó los cuadros Formas Felices (destruído en la II Guerra Mundial), Formas jugando, Formas peleando y Formas rotas. Las obras muestran el terrible conflicto interno que se empezó a gestar en esos años en el pintor. Oscilaba entre la parte positiva de la vida y la sombra de la destrucción: vivía en el idilio de Ried, pero con la sombra de la I Guerra Mundial (la Gran Guerra) que además él creía necesaria.
El 1 de agosto de 1914, cuatro días después de que el Imperio Austrohúngaro declarase la guerra a Serbia a causa del asesinato del archiduque de Austria en Sarajevo, Alemania declara la guerra a Rusia y Francia ordena la movilización general. El 3 de agosto, Alemania declarará la guerra a Francia y el 4 de agosto sus tropas violarán la neutralidad de Bélgica. Todas las grandes naciones europeas entraron en el conflicto convencidas de que sería corto. La reacción general de los artistas era de rechazo al conflicto, pero Franz Marc y su amigo Macke (siete años más joven que él) se alistaron, movidos por el espíritu que reinaba en tre los jóvenes alemanes .
El furor del patriotismo y la unidad política y social que causó la noticia de la guerra fue notable en el país.
El Kaiser Guillermo II barría
Marc se dejó llevar por ese sentimiento nacionalista.
Kandinsky le había escrito poco antes una carta expresando su miedo por un posible conflicto armado. Marc se mostraba firme y apasionado y también algo idealista: creía que Europa estaba espiritualmente enferma y que una guerra, a pesar del derramamiento de sangre, era una manera de purificación. No sospechaba de intereses económicos, para él era “una guerra contra el enemigo interior e invisible del espíritu europeo”. Creía que Alemania saldría reforzada y que su hegemonía sería entonces indiscutible. Ni la muerte de Macke en 1914 -por la que sufrió profundamente- lo hizo cambiar de opinión. “Nos damos la mano y soportamos la pérdida con orgullo, bajo el repicar de la victoria”, decía en el obituario de su amigo.
En el campo de batalla sus pensamientos giraban en torno al arte. Comparaba los pueblos franceses por los que pasaba con escenarios de las pinturas de Van Gogh. También pensaba constantemente en Ried, en la casa y en los ciervos.
Un año después de alistarse, con el fervor del inicio un poco más apagado, su visión de la guerra cambió. En una de las cartas que escribió a Lisbeth, la viuda de Macke, describía la guerra como “la trampa más cruel en la que nos hemos abandonado los hombres”. El engaño y la inutilidad del conflicto comenzaron a ser los temas de sus cartas en 1916, a pocas semanas de morir.
Le habían dicho que le mandarían a casa pronto. El gobierno alemán lo había identificado como artista notable y quería protegerlo. Soñaba con volver a casa y conseguir esa seguridad.
Franz Marc no volvió a casa, murió en una labor de reconocimiento en la batalla de Verdún, por el impacto de una esquirla en la cabeza.
Rehe im Walde ii
Oleo sobre lienzo, 110 x 100,5 cm
Karlsruhe, Staatliche Kunsthalle
.
- Destinos animales – 1913
(Los árboles mostraron sus anillos, los animales sus venas)
Tierschicksale, óleo sobre lienzo, 196 x 266 cm
Basilea, Kunstmuseum Basel
.
Zorros, 1913
Füchse, óleo sobre lienzo, 87 x 65 cm
Düsseldorf, Kunstmuseum
.
3 comentarios:
Pilar:
¡Qué jóvenes se mueren los artistas! Esta exclamación, tú y yo lo sabemos, no es del todo cierta. Verdad que Rafael murió joven, pero, ¿qué podemos decir de Miguel Ángel o de Leonardo o de nuestra querido Picasso? No, nos es que los artistas mueran jóvenes es que en la primera mitad del siglo XX fueron millones de hombres y mujeres los muertos muy jóvenes y por causa de la guerra como Franz Marc.
No todos los pintores expresionistas han logrado mi entusiasmo, soy un poco papanatas. Franz Marc, pese a su genialidad expresiva y su dominio del color no es de los que más me entusiasman. Creo que mi mirada de mero aficionado tiene dificultad para valorar a este artista que emerge, pienso yo, entre los fabulosos destellos de Matisse y Kandinsky. Tal vez, después de leer tu entrada, le preste más atención.
Gracias por traerlo a tu blog y ofrecernos la posibilidad de comentar su obra.
Un beso,
Cecilio
Todavía recuerdo la impresión que me causó la exposición La Vanguardia entre guerras en el Thyssen, y allí estaba Franz Marc con "los lobos" y otros cuadros. Me gusta mucho este pintor. Pintor de animales. Precioso el post, amiga. Un beso
En esta época Marc pinta animales con colores cada vez más libres: una vaca amarilla, los célebres caballos azules a los que dedicó varios cuadros doctorariobo.com/page/2/
Publicar un comentario