De las seis sensaciones cromáticas básicas de la visión humana el color
azul es una de ellas.En las artes plásticas su opuesto es el naranja y
es complementario al amarillo en la luz, ya que para formar amarillo se
necesita mezclar rojo y verde al 100% de intensidad, y nada de azul.
En
el arte hay un azul fantástico que conocemos como "azul ultramar" que
se obtiene del lapislázuli que está compuesto de lazurita y pirita, que
es la que proporciona el brillo irisado .Una vez molido y filtrado, los
artistas medievales lo mezclan con aglutinantes, como las colas o el
huevo, para obtener un color estable y de gran brillantez. Este azul
recibe pronto el nombre de azul ultramar, para indicar su procedencia
del comercio a larga distancia.
Llega de las montañas de
Afganistán, lo traen los mercaderes orientales, se considera una
mercancía preciosa, la llamada piedra azul o lapislázuli. Se comercia
con ella como piedra semipreciosa, ya que su tono azul violáceo de gran
intensidad es muy atractivo para joyas e incrustaciones. Y además,
pronto se convertirá en el pigmento más preciado y caro de todos los que
han existido.
Los artistas y mecenas medievales quedan
fascinados con su belleza y su precio, y pronto lo convierten en un tono
que hay que emplear con cuidado y en pequeñas cantidades. Los mecenas
especifican por contrato cuantas onzas de ultramar se pueden usar, así
que las superficies elegidas para ser pintadas por este color, tienen
que ser muy especiales. La elección recae en el manto de la Virgen , que
empieza a ser azul a partir de este momento.
Los
pintores del trecento utilizan el azul en sus pinturas. La pureza del
color casaba bien con la filosofía de la estética del momento. Cuanto
más esencial,resultaba más apto para representar conceptos elevados de
la jerarquía espiritual.
Para
el fresco, el más estable de los procedimientos, no es posible usar un
sucedáneo , como la azurita, que verdea. Por ello, el ultramar se
encuentra poco en frescos medievales, la maravillosa excepción son los
frescos de Giotto en Padua, con un despliegue de pigmentos de la mejor
calidad.
En el siglo XV,se empieza a utilizar el óleo para
mezclar los pigmentos y el ultramar pierde su brillantez. Para obtener
el mismo resultado , los pintores lo mezclan con blanco de plomo, lo que
permite mostrar una infinita variedad de tonos celestes de los que se
beneficiarán los cielos renacentistas y barrocos.
Una obra que nos
muestra este efecto es la Bacanal, de Tiziano,en esta obra se muestran
toda una gama de pigmentos que conocían en Venecia , la ciudad donde
vivía el pintor, y además la puerta de entrada desde Oriente a toda
Europa.
En
los siglos XVII XVIII hay una carencia palpable de este color y es
sustituído por el azul de Prusia (sobre todo en el siclo XVIII) que es
un poco verdoso.
Los impresionistas utilizaron un azul cobalto.
Y
por último el grupo expresionista alemán El Jinete Azul o Der Blaue
Reiter, en el que están Franz Marc, Wassily kandinsky, y August Macke,
estos pintores buscan una revolución estética. Sienten predilección por
los caballos, así como por el color azul, color que inunda sus trabajos.
viernes, 5 de julio de 2013
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