sábado, 26 de diciembre de 2009
La Natividad en la Martorana (Palermo)
Frente a la iglesia de San Cataldo, en Piazza Bellini, La Martorana de Palermo es una de las más bellas edificaciones del arte normando del siglo XII en Italia.También se conoce como la iglesia de Santa Maria de Matorana.
Fue fundada por el almirante Jorge de Antioquia en 1143,almirante de Roger II, siendo donada en ese mismo año a la orden de monjas benedictinas, creada por Eloisa Martorana.
Eloisa Martorana, una noble italiana, hizo construir un monasterio en Sicilia que tomó su nombre, en 1193. Las monjas del convento eran en su mayor parte de origen griego y se dedicaron a la elaboración de una masa de azúcar y almendras, que luego trasformaban en miniaturas que representaban frutas y animalitos. Después las pintaban con vivos colores compuestos a base de goma arábiga, pigmentos extraídos de rosas, azafrán y pistacho.
Tan famoso se hizo el mazapán y tanto trabajo daba a las monjas italianas, que en el año del Sínodo de Mazara de 1575 se prohibió, por decreto, dedicarse a tal labor, que evidentemente las distraía de las prácticas religiosas. Aún así las monjas buscaron los medios para esquivar la prohibición y seguir produciendo sus ricos mazapanes.
En el interior de la iglesia se conservan una serie de mosaicos con escenas de la vida de la Virgen, de elegante factura bizantina.
El episodio de la Natividad presenta la delicada escena de María, poniendo en el pesebre al Niño, envuelto en pañales.
Abajo, una mujer prueba la temperatura del agua para el baño del pequeño Jesús.
La iconografía de la Natividad nos lleva a una de las grandes fiestas del año que culmina en el adviento ya que el nacimiento de Jesús significa la llegada del que para los cristianos sería El Salvador del mundo.
La fecha real de su nacimiento ha sido discutida por muchos eruditos y algunos de ellos incluso se han atrevido a fijarla en un año determinado, lo que queda claro es que (a pesar de las diversas opiniones), Jesús vino al mundo a traer la paz temporal y eterna y eligió, para nacer, una época de sosiego político y social.
El hecho de situarla el 25 de diciembre se relaciona con el sincretismo que habitualmente se produce en estos casos y el intento de situar los eventos significativos en fechas ya tradicionalmente utilizadas por culturas anteriores como el solsticio de invierno que es una de esas fechas de gran influencia en la humanidad.
en el evangelio de San Lucas se habla de hechos relacionados con el nacimiento y la infancia de Cristo; sin embargo encontramos más relatos sobre la Natividad en textos considerados apócrifos.Los más interesantes son: El Protoevangelio de Santiago, el Evangelio del Pseudo Mateo, el Libro de la infancia del Salvador y el Evangelio árabe de la infancia… textos en los que se inspiraron muchos de los artistas que acometieron la representación de la Natividad.
Los iconos bizantinos siguen un esquema de la representación del Nacimiento de Jesús, según la Iglesia Ortodoxa, reuniendo en un mismo icono narraciones del Evangelio y de los Apócrifos, como el ejemplo que he elegido de la Natividad de Palermo.
viernes, 18 de diciembre de 2009
Vermeer, el milagro cotidiano de la luz
La ciudad de Delft sirvió a Vermeer de hogar, y fue donde este pintor de almas reflejó el silencio y la luz de sus obras.
En la vista de Delft la maestría del pintor refleja lo magnífico del estilo de Vermeer.
No es una vista precisa y objetiva: solo algunos edificios responden a la realidad arquitectónica contemplada desde el exterior de las murallas y los canales que rodean el centro histórico de la ciudad.
La realidad y la fantasía se mezclan y se integran en la sencillez y en el secreto que guardan las casas de la ciudad.
Pero Vermeer no es un paisajista, ni tampoco un retratista en sentido estricto...
La muchacha del turbante, puede ser una obra que plantea hipótesis dispares en un intento de dar un nombre a la muchacha.
El cuadro posiblemente no sea un retrato, sino uno de los estudios de la cabeza de una mujer conocidos en tiempos de Vermeer como “tronies” (Se trata de retratos, normalmente de pequeño tamaño en los que el protagonista muestra una expresión facial).
La frescura y el encanto de esta obra no abandona la precisión con que está hecha.
La luz parece calentar desde dentro a la materia pictórica y parece hacerla vivir condensándose en detalles como la perla que brilla en su oreja.
Este puede ser el milagro de la pintura de Vermeer, su revelación de la vida secreta que se esconde en las cosas pequeñas y que puede darse a conocer en el observador de su obra si tiene ojos y corazón.
Este cuadro se encuentra en el Mauritshuis de La Haya.
En la vista de Delft la maestría del pintor refleja lo magnífico del estilo de Vermeer.
No es una vista precisa y objetiva: solo algunos edificios responden a la realidad arquitectónica contemplada desde el exterior de las murallas y los canales que rodean el centro histórico de la ciudad.
La realidad y la fantasía se mezclan y se integran en la sencillez y en el secreto que guardan las casas de la ciudad.
Pero Vermeer no es un paisajista, ni tampoco un retratista en sentido estricto...
La muchacha del turbante, puede ser una obra que plantea hipótesis dispares en un intento de dar un nombre a la muchacha.
El cuadro posiblemente no sea un retrato, sino uno de los estudios de la cabeza de una mujer conocidos en tiempos de Vermeer como “tronies” (Se trata de retratos, normalmente de pequeño tamaño en los que el protagonista muestra una expresión facial).
La frescura y el encanto de esta obra no abandona la precisión con que está hecha.
La luz parece calentar desde dentro a la materia pictórica y parece hacerla vivir condensándose en detalles como la perla que brilla en su oreja.
Este puede ser el milagro de la pintura de Vermeer, su revelación de la vida secreta que se esconde en las cosas pequeñas y que puede darse a conocer en el observador de su obra si tiene ojos y corazón.
Este cuadro se encuentra en el Mauritshuis de La Haya.
lunes, 7 de diciembre de 2009
ICONOGRAFÍA DE LA INMACULADA
INMACULADA DE ALONSO CANO
La Inmaculada Concepción es una de las imágenes más repetidas de la iconografía popular española.El libro "Iconografía del arte cristiano", de Louis Réau, sea posiblemente el mejor documento escrito sobre la iconografía de la Inmaculada.
Este dogma católico estaba siendo cuestionado por los protestantes en el siglo XVII por lo que en España, como católica , se puso de moda la imagen de la Inmaculada Concepción.
La proliferación de imágenes de la Inmaculada en el arte Barroco español fue un hecho que se puede apreciar en todas las iglesias de predicación y, como no, en los museos.
La iconografía de la Inmaculada fue dictada por Francisco Pacheco, representándola a una edad juvenil.
Las fuentes de esta representación son el Cantar de los Cantares y el Apocalipsis.
En primer lugar, la Inmaculada está identificada como la novia del Cantar de los Cantares.
Las metáforas bíblicas, popularizadas por las Letanías de la Virgen de Loreto, aparecen a su alrededor: el sol, la luna, la estrella del mar, el jardín cerrado, la fuente, el pozo de agua viva, el cedro del Líbano, el olivo, el lirio, la rosa, el espejo sin mancha, la Torre de David, la Ciudad de Dios, la puerta del cielo.
INMACULADA DE ZURBARÁN
Los otros atributos de la Inmaculada están tomados del Apocalipsis (cap. 12). La luna, que nunca se representa llena, como en la Crucifixión, sino recortada en forma de creciente, evocaba la castidad de Diana.
Debo señalar que algunos historiadores del arte opinan que después de la victoria de Lepanto, los cristianos quisieron interpretar el creciente de luna bajo los pies de la Virgen como un símbolo de la victoria de la cruz sobre la media luna turca.(interpretación,en mi opinión, bastante cuestionable)
La leyenda Tota pulchra, que remite directamente a los versos del Cantar de los Cantares (Tota pulchra es amica mea, et macula non est in te, Toda eres hermosa, amiga mía; no hay tacha en ti), se interpreta como la autoría de Dios en la creación de María: mientras que los pintores firman sus obras faciebat (usando el imperfecto, puesto que son verdaderamente obras imperfectas), Dios, por el contrario, firma con las palabras Tota pulchra, ya que lo que sale de su mano es perfecto.
Se representa siempre vestida con túnica blanca y manto azul, símbolos de pureza y eternidad respectivamente, coronada con doce estrellas, la media luna y una serpiente a los pies simbolizando su dominio sobre el pecado.
La forma definitiva de la Inmaculada, que va a dominar a lo largo del siglo XVII, será la resultante de la conjunción del motivo Tota pulchra con el de la mujer vestida de sol del Apocalipsis.
El arte barroco del siglo XVII, por tanto, tiene el mérito de haber creado el tipo definitivo de la Inmaculada Concepción. Libre ya de todos los símbolos de las letanías, rodeada sólo por ángeles, sus pies aplastan la serpiente tentadora, para recordar su victoria sobre el pecado original.
La España mística se apoderó de este tema y le imprimió la marca de su genio. Y consiguió hacer su propia versión. Tanto es así que no puede pensarse en la Inmaculada Concepción sin evocar las obras de Zurbarán, Ribera o Murillo.
La Inmaculada Concepción de Zurbarán sigue las normas iconográficas dictadas por Pacheco.
INMACULADA DE ZURBARÁN
Zurbarán muestra una imagen con un fuerte realismo al ofrecernos un rostro cercano al espectador, alejado de idealizaciones.
La luz apenas crea contrastes lumínicos incidiendo en el manto de María para destacar sus pliegues. La luz dorada a su alrededor sugiere una visión sobrenatural, como si fuese el efecto de un teatro ya utilizado en la Visión de San Pedro Nolasco.
INMACULADA DE MURILLO
INMACULADA DE MURILLO
Os invito a ver la obra de Murillo y disfrutar de una Virgen del barroco muy personal
(pinchar sobre el nombre de Murillo y Virgen)
Etiquetas:
iconografía de la Inmaculada,
impresionismo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)