jueves, 8 de marzo de 2012
Morisot, mujer "chic"
Retrato de Berthe Morisot recostada (1873), por Édouard Manet, en el Musée Marmottan Monet, París.
Muchas actividades de una profesora de historia del arte en activo pueden ser satisfactorias, agradables e incluso necesarias.
Conocer la obra artística de B. Morisot fue el inicio de una admiración por el arte que hoy sigue siendo parte de mí.
A propósito de la celebración del día de la mujer el comentario me lleva casi sin darme cuenta a la obra de las pintoras impresionistas,aunque dentro del movimiento impresionista la presencia de las mujeres fue casi ignorada por los críticos de arte y no del todo considerada por el resto del grupo. Pero sería injusto dejar de lado la presencia de verdaderas artistas como Berthe Morisot, Mary Cassat, Marie Bracquemond y Eva Gonzales.
La primera exposición impresionista fue en 1874 y ya en ella encontramos la presencia de Berthe Morisot
La obra de Berthe Morisot contiene escenas intimistas ,el cuadro titulado “La cuna” (1872-Museo de Orsay), nos deja ver un mundo sereno.
La Cuna, sin duda alguna, el cuadro más famoso de Berthe Morisot, fue pintado en 1872, en París. La artista representa en él a una de sus hermanas, Edma, velando por el sueño de su hija, Blanche. Es la primera aparición de una imagen de maternidad en la obra de Morisot.
Como otros pintores del grupo mostró preferencia por los visillos de muselina o gasa, que actuaban como filtro transparente para la luz del sol, tan importante en estas pinturas.
Sus mujeres se distinguían por tener un cierto aire “chic” parisino, dado que ella misma era cuidadosa de su persona y coqueta.
Los detalles de la vestimenta no fueron olvidados ni aún en las escenas de exteriores, donde hasta el vuelo de las cintas de un sombrero daban el toque personal a sus obras.
RETRATO DE BERTHE MORISOT
Morisot fue alumna de Corot y cuñada de Manet.
Sus cuadros son íntimos y captan el silencio de los interiores dejando sentir la ternura de sus personajes anticipando el arte de Vuillard y Bonnard
EL ESPEJO
En la obra de Morisot, EL ESPEJO, los tonos claros dan al interior una luminosidad difusa y dejan entre los objetos, las telas y el espejo una trama de relaciones psicológicas.
Berthe Morisot (Bourges,1841-París,1895) nunca ha sido debidamente valorada entre los grandes exponentes del Impresionismo, sin duda por la falta de un conocimiento de su obra.
Pero su arte resuelto, delicado y vigoroso a la vez, es de una modernidad manifiesta. Pudo influir en ello el hecho de que fuera mujer, en un mundo del arte reservado tradicionalmente para los varones. En este sentido, hay que reconocer que el papel creativo de las mujeres fue durante mucho tiempo limitado, al ser excluidas de las Academias de Bellas Artes por hombres que preferían verlas en un mundo alejado de la práctica profesional de las artes. Pero lo cierto es que Monet, Pisarro, Renoir y demás, fueron conscientes de la valía de Morisot, quien, como recordara Pisarro en 1895, fue una "gran mujer de extraordinario talento que honró a nuestro grupo impresionista". Renoir, que la conocía bien, alabó también sus cualidades, y Manet, su mejor amigo y colaborador, sintió verdadera admiración por su libertad de experimentación.
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