sábado, 23 de enero de 2010
Los embajadores, de Holbein,
Jean de Dinteville y Georges de Selve son los dos personajes retratados por Hans Holbein el Joven, en este cuadro que actualmente está en la National Gallery de Londres.
Posiblemente la deberíamos considerar como una obra maestra de la pintura en general.
En ella nos encontramos con una triple conjunción de asuntos importantes: sus resonancias históricas, su riqueza simbólica y su dominio en la técnica.
En la parte de delante hay una forma que se conoce como anamorfosis que consiste en una técnica ingeniosa de perspectiva, usada para dar una imagen distorsionada del sujeto representado en una pintura cuando se ve desde el punto de vista usual, pero de tal manera distorsionada que si se ve desde un ángulo especial o si se refleja en un espejo curvo, la distorsión desaparece y la imagen en la pintura resulta normal. Esta palabra viene del término griego que significa trasformar, el término anamorfosis se utilizó por vez primera en el siglo XVII, aunque esta técnica había sido una de las más curiosas consecuencias del descubrimiento de la perspectiva en los siglos XIV y XV.
La figura parece un cráneo humano, por los tanto podría hacer alusión a las vanitas
Jean de Dinteville situado a la izquierda,
era embajador de Francia en Inglaterra en 1533, fecha de la realización del cuadro. Y a la derecha se encuentra su amigo, Georges de Selve, obispo de Lavaur, que ocasionalmente fue embajador ante el Emperador romano germánico, la república de Venecia y la Santa Sede.
Ellos están observando al espectador, se apoyan en un mueble con estantes, donde hay varios objetos relacionados con el quadrivium, las cuatro ciencias matemáticas entre las siete artes liberales: la aritmética, la geometría, la música y la astronomía.
En la parte de arriba se puede ver claramente una esfera celeste, algunos objetos de medición del tiempo y un libro.
La alfombra sobre la que están tiene unos curiosos motivos geométricos.
En la parte inferior hay un globo terráqueo, dos libros, un laúd y cuatro flautas en un estuche.
Jean de Dinteville está ricamente vestido con una indumentaria de la que destacan el rojo de sus mangas y una cadena dorada que cuelga de su pecho con una medalla decorada con un ángel, prueba de su pertenencia a la Orden de San Miguel.
Georges de Selve está totalmente vestido de negro, envuelto en un abrigo de piel.Otro símbolo de riqueza y de buena posición.
La pintura puede que esté indicando la toma de posesión de un embajador francés recientemente nombrado en la corte de Inglaterra y la visita que le hace por este motivo a su amigo.
Es una pintura llena de símbolos, indicaciones ocultas, referencias; todo esto era bastante normal en la pintura del Renacimiento.
Cuando Holbein, el joven, pintó este retrato, en 1533, Europa estaba dominada por cuatro figuras principales:
El rey de Francia Francisco I
El de Inglaterra, Enrique VIII
El emperador romano germánico Carlos V (Carlos I de España)
y el papa Clemente VII que moriría al año siguiente.
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