Junto a las representaciones, donde la adoración del Niño por parte de la Virgen es el hecho principal, el arte cristiano fue sumando poco a poco episodios que aportaron un gran lujo de puesta en escena.( el anuncio y adoración de los pastores, Lucas, 2 8-21, y la historia de los Reyes Magos, Mateo, 2 1-12)
Estas dos escenas paralelas recibieron desde el principio una importante carga simbólica, considerando que los pastores son la representación del pueblo judío que acude a adorar al Niño, mientras los Reyes Magos son la imagen de los gentiles
Me voy a centrar primero en la escena de la Natividad y la adoración de los pastores del Tríptico Portinari, del pintor flamenco Hugo van der Goes. Actualmente está en la Galería Uffizi de Florencia.
Fue un encargo de Tommaso Portinari, el representante de la familia Medici en Brujas.
En la tabla central está el nacimiento y la adoración de los pastores representados de forma simultánea.
En la tabla central está el nacimiento y la adoración de los pastores representados de forma simultánea.
La figura central es la de la Virgen María, con rostro de suave expresión, vestida de azul, que adora a Jesús que acaba de nacer. La escena se representa según el relato de las Revelaciones de Santa Brígida de Suecia.
Al lado de María los ángeles y a su alrededor, los pastores son representados como campesinos, con rostros más realistas y ropas severas.
El paisaje es típicamente invernal.
En el primer plano unos jarrones de flores representan simbólicamente la virginidad de María
En las tablas laterales están representados los donantes de esta obra (costumbre muy normal en el siglo XV) a la izquierda del retablo, está representado Portinari y sus hijos Antonio y Pigello, con los santos Antonio y Tomás; el paisaje del fondo representa el viaje a Belén de José y María. El ala de la derecha muestra a la esposa, María Portinari, con sus hijas, y las santas Margarita y María Magdalena; en el paisaje del fondo se distinguen las figuras de los Reyes Magos aproximándose al portal.
El retablo cerrado tiene representada la Anunciación pintada en grisalla.
Y algo más sobre La iconografía de la Anunciación y Adoración de los Pastores...
San Lucas nos cuenta en su Evangelio, que había "En la misma comarca algunos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor les envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor."
Así queda enunciado otro de los más interesantes
episodios de la Natividad.
Muchas obras
hablan de los pastores que recibieron la visita de un ángel que les anunciaba
el nacimiento de Jesús, pero en casi ninguna se profundiza en los distintos
aspectos de este acontecimiento. Esto ha contribuido a generar una
representación muy libre por parte de los pintores que se han enfrentado al
tema desde los primeros momentos del arte cristiano.
No sabemos nada del número exacto de ellos, de dónde procedían, de si eran sólo hombres o también había mujeres, qué ofrecieron al Mesías, si es que lo hicieron, o solamente fueron a visitarlo. En fin, toda una serie de detalles que se escapan de nuestro alcance, a diferencia de lo que ocurre, en el episodio de la Epifanía, donde son innumerables las referencias que existen sobre los Magos y la leyenda que los envuelve. (Podéis comprobarlo en este enlace)
La explicación de esta falta de datos parece que habría que buscarla en el hecho de que durante muchos siglos, la representación de la Adoración de los pastores estuvo al margen del ciclo de la Natividad, ya que lo más frecuente era o bien, representar la escena del Nacimiento a través de la Sagrada Familia en el pesebre, o bien, la escena de la Adoración de los Magos, cuya tradición es mucho más antigua.
No sabemos nada del número exacto de ellos, de dónde procedían, de si eran sólo hombres o también había mujeres, qué ofrecieron al Mesías, si es que lo hicieron, o solamente fueron a visitarlo. En fin, toda una serie de detalles que se escapan de nuestro alcance, a diferencia de lo que ocurre, en el episodio de la Epifanía, donde son innumerables las referencias que existen sobre los Magos y la leyenda que los envuelve. (Podéis comprobarlo en este enlace)
La explicación de esta falta de datos parece que habría que buscarla en el hecho de que durante muchos siglos, la representación de la Adoración de los pastores estuvo al margen del ciclo de la Natividad, ya que lo más frecuente era o bien, representar la escena del Nacimiento a través de la Sagrada Familia en el pesebre, o bien, la escena de la Adoración de los Magos, cuya tradición es mucho más antigua.
Pero a partir del final de la Edad Media parece que
empieza a tener importancia la tradición de los pastores, y eso gracias,
fundamentalmente, a la orden franciscana, que volcada en los más pobres y
sencillos, decidió introducirlos en las representaciones navideñas.
Desde un punto de vista iconográfico, podemos hacer un pequeño recorrido por las representaciones que hay sobre este tema para observar la enorme variedad en cuanto a la forma de captar la escena.
A pesar de
todo, es posible establecer una serie de constantes iconográficas que son más o
menos visibles en la mayoría de las representaciones.
En general, se trata de personajes muy populares, a veces excesivamente vulgares, con lo cual se quiere dejar bien claro la sencillez de su condición humana. Sus propias vestiduras, muy similares a las que algunos autores utilizan para la Sagrada Familia, nos hablan de hombres y mujeres sin elevados medios económicos, todo lo contrario, gente pobre, a la que Cristo, como dice Pacheco, se quiso presentar como gente pobre. La diferencia, por tanto, con la riqueza de los mantos, trajes y coronas que luego vemos en la escena de los Magos establece un contraste bastante interesante.
En general, se trata de personajes muy populares, a veces excesivamente vulgares, con lo cual se quiere dejar bien claro la sencillez de su condición humana. Sus propias vestiduras, muy similares a las que algunos autores utilizan para la Sagrada Familia, nos hablan de hombres y mujeres sin elevados medios económicos, todo lo contrario, gente pobre, a la que Cristo, como dice Pacheco, se quiso presentar como gente pobre. La diferencia, por tanto, con la riqueza de los mantos, trajes y coronas que luego vemos en la escena de los Magos establece un contraste bastante interesante.
En cuanto a su número, no existe una cantidad determinada.Es muy normal que estos pastores sean a veces un grupo bastante numeroso porque se intenta completar con ellos la escena
La Adoración
de los Pastores de Pablo Legot (Parroquia de Espera en Cádiz) es un buen
ejemplo de esto, hasta el punto de que son ellos los que ocupan más espacio en
comparación con el que el pintor ha dedicado a representar el pesebre con
María, San José y el Niño.
Aquí, tomando el pesebre como el punto
focal de mayor importancia, el pintor hace que todos los demás personajes giren
formando un círculo. Desde la derecha encontramos un grupo de cuatro pastores
que, en diferentes posiciones, se aproximan hasta el Niño, unos con ofrendas y
otros mostrando su reverencia hacia el recién nacido. En primer término, justo
delante de Él representa a dos jóvenes, de ellos, uno es una muchacha que toca
una pandereta a la vez que vuelve su cabeza para dirigir la mirada hacia el
espectador; su pareja aparece sentado con las piernas cruzadas y tocando un
tamboril. Hacia la izquierda el círculo se completa con otros personajes que
terminan por completar este concurrido ambiente al que da cobijo una
edificación de piedra y madera prácticamente derribada.
Otra interesantísima representación de este
acontecimiento es la que realizó el gran pintor de la luz George de Latour, A
este pintor de Lorena se le conoció como el Caravaggio francés y se le asocia
con el tenebrismo del primer barroco, estilo practicado por el italiano y por
el español José de Ribera, pero el uso de la luz en La Tour es distinto y en la
representación de la adoración de los pastores la luz está dentro del cuadro,
igual que en otras dos escenas relacionadas con el nacimiento y la infancia de Jesús
Es siempre una vela lo que ilumina la escena
(en la imagen de la natividad la sostiene San José y en la del carpintero, el
niño), pero La Tour consigue que centremos nuestra atención, no en la vela cuya
luz hace transparente la mano que la aguanta, sino en lo que ilumina que son
los rostros de los personajes, María, José, dos pastores y la comadrona en uno,
y los del padre anciano y el hijo de pocos años en el otro.