lunes, 30 de marzo de 2009

La dama de honor (1851) JOHN EVERETT MILLAIS

Una antigua superstición inglesa decía que si la dama de honor de una novia pasaba nueve veces un trozo de tarta nupcial a través del anillo podía adivinar el futuro que le deparaba en cuestión de amores.



La joven retratada por Millais, con esa expresión absorta, parece estar realizando ese conjuro.
Los prerrafaelitas como Rossetti,Waterhouse,Millais...buscaban en sus modelos la fascinación y realizaban un tratamiento especialmente delicado en sus personajes femeninos.
En esta obra, Millais también hizo algo innovador,el tratamiento del color.
La larga cabellera, domina el cuadro y lo invade con tonos cálidos anaranjados que se transforman en amarillos en su vestido de seda, aunque luego vuelven a tomar protagonismo en la fruta que aparece sobre el plato en primer plano.
El fondo del cuadro marca un contraste violento y parece empujar a la dama de honor hacia delante y... con la mirada fija hacia el frente y a la vez concentrada en el conjuro, parece mostrar un gesto de descaro y de afirmación de lo que, muy convencida, está haciendo.
Destaca la delicadeza del detalle floral del vestido, de pincelada casi impresionista y que nos permite centrar toda nuestra atención en el rostro de la modelo de fuerte e independiente personalidad pero, al mismo tiempo, de indudable encanto.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Anunciación y Encarnación (25 de Marzo)

La Anunciación de la Virgen María se celebra el día 25 de marzo, nueve meses antes de la Natividad de Cristo.

Es la celebración del anuncio del nacimiento de Cristo hecho a la Virgen María, como se narra en el Evangelio de San Lucas.

Iconográficamente la Anunciación tiene varias interpretaciones y hay una que merece un aprecio especial, guardada en la Galleria Nazionale de Palermo, me refiero a la que pintó Antonello da Messina alrededor de 1477.

El rostro de la Virgen elude una idealización de carácter místico, es el rostro de una mujer siciliana real, con tal realismo que permite recrearse en los pequeños detalles.

Llaman la atención las manos de la Virgen, como en un plano de perspectiva distinto del conjunto, aparecen como adelantadas y suspendidas.

El pliegue del velo que cubre a la virgen, es un pliegue que parece una pieza de lencería recién sacada de un baúl.

La figura de María destaca por la piel que contrasta con el velo azul, y, a su vez, el velo azul se destaca sobre un fondo oscuro, dándonos una atmósfera íntima.

Sabemos que es una Virgen por el título de la obra; sin embargo, lo que vemos es una mujer corriente tocada con un paño azul, sin ningún elemento que nos indique que es la Anunciación, pero expresa sentimiento de candor, pudor y emotividad.

No fija sus ojos ni en el libro ni en los que la contemplamos, porque su desconcertante mirada se pierde en el ángulo izquierdo del cuadro.

A pesar del control de los gestos y de la expresión, Antonello presentó en este cuadro su personalísima interpretación del rigor geométrico de Piero della Francesca, simplificando colores y volúmenes al máximo.

No hay ángeles, no hay rayos divinos, no hay trompetas ni oropeles…

Pero llama la atención su mano derecha, ligeramente levantada hacia nosotros, y aunque no nos mire, nos está indicando que nos quedemos en nuestro sitio.

Ella está ahí, leyendo seguramente a la luz de una vela, y nos hace sentir que la hemos interrumpido.

Su mano se convierte en una especie de línea de demarcación: allí está ella en su intimidad, con su libro, y aquí estamos nosotros, extrañamente integrados en su momento;

El acto es el tiempo propio en un espacio codificado, del propio acto de lectura.

Hoy es la fiesta de la Anunciación y de la Encarnación y quien lleva ese nombre (alguien muy cercana a mí) puede que este trabajo le aporte algo más a su significado.



jueves, 19 de marzo de 2009

JOSÉ

José
En la historia del arte a José se le representa como un hombre maduro o anciano.
Fueron Mateo y Lucas, evangelistas , los que aportaron algunas noticias sobre el esposo de María y padre adoptivo de Jesús (de ahí viene el apelativo de pp o padre putativo) y le presentan como un hombre justo, descendiente de la estirpe del rey David que vivía en Nazaret y trabajaba como carpintero.
Otros datos de José los encontramos en los evangelios apócrifos, en las creencias y devociones populares y son los que determinan de alguna manera más fácil y sencilla la iconografía sobre José.
La figura de José, anciano, mucho mayor que María responde a la necesidad de resaltar la paternidad divina de Cristo.
Algunos artistas han representado a José en sus obras siguiendo estas características iconográficas, pero una obra de un gran pintor rompió algunos esquemas e introdujo en la historia del arte una imagen de José, la de padre que custodia y protege a María y al Niño a la vez que colabora con un ángel sosteniendo de la forma más sencilla y cotidiana una partitura de música.





CARAVAGGIO en el “Descanso durante la huída a Egipto” nos hace ver un aspecto más poético de la narración bíblica.
Esta magnífica obra de Caravaggio, que se encuentra en la galería Galería Doria Pamphili, Roma, Italia es una muestra de una naturaleza serena completada por una composición en dos escenas
La del ángel y José





En la que podemos apreciar el aspecto poético que aporta la música al descanso al que antes hice mención…
Y…que sin saber con certeza a que fuentes específicas nos podemos referir, si podemos pensar que debe estar relacionado con el Cantar de los Cantares, lo que nos ayuda a encontrar la clave de la lectura de esta obra maravillosa.
Y así nos acercamos a la figura de María y el Niño (segunda escena)





En esta escena Caravaggio nos muestra con una delicia maternal el vencimiento de María ante el cansancio del viaje, apoyando su cabeza en la cabeza de su hijo y aislando la preocupación por un momento disfrutando de la ternura y el cariño.
Los cabellos rojos de María proceden de la figura bíblica de la mujer del Cantar de los Cantares de donde parece que se inspiró Caravaggio.






Muchos padres hoy habrán sentido marcada la obra de José en sus vidas y en sus deseos de protección... aunque estén lejos.

miércoles, 11 de marzo de 2009

ATALANTA E HIPÓMENES de Guido Reni (1622-1625)

Atalanta, en la mitología griega, fue una heroína reconocida por sus inmejorables habilidades para la caza.
Su padre quería únicamente hijos varones y por eso, al nacer Atalanta, la abandonó en el monte Partenio y pudo sobrevivir gracias a que una osa la cuidó y más tarde unos cazadores la encontraron y decidieron criarla.
Atalanta decidió no casarse y mantenerse virgen para consagrarse a la diosa de la cacería, Artemisa, ya que la caza era su gran pasión.
Como mujer se enfrentó a muchos peligros de los que siempre salía venciendo.
Atalanta al estar consagrada a Artemisa, implicaba que debía mantenerse virgen, y además un oráculo le había afirmado que se convertiría en animal si se casaba. Para evitar cualquier pretendiente, anunció que su esposo sería sólo aquel que lograra vencerla en la carrera, con la condición de que si ella triunfaba, debía matar a su oponente.
A pesar del peligro, muchos lo intentaron pero perecieron, porque era invencible.





Pero apareció un joven que logró vencer a Atalanta. Este joven llamado Hipómenes decidió probar suerte en la carrera para obtener la mano de Atalanta, pero tenía una ventaja y es que llevaba unas manzanas de oro que le había regalado Afrodita, diosa del amor, y que procedían del jardín de las Hespérides, y con ellas la engañó; cada vez que Atalanta le iba a alcanzar, Hipómenes tiraba una de las manzanas, y ella se detenía a recogerla fascinada por su belleza.

Hipómenes pudo vencerla y así obtuvo su mano.
La pareja muy enamorada vivió feliz durante un tiempo, compartiendo sus cacerías y hazañas. En una de estas, los esposos entraron en uno de los santuarios de Zeus, y como estaban muy enamorados se refugiaron y gozaron de su amor. Zeus montó en cólera por el sacrilegio y transformó a la pareja en dos leones.


Aparentemente, los griegos creían que los leones no se cruzaban entre sí, de manera que al convertirlos a ambos en leones, Zeus estaba no sólo quitándoles su condición humana, sino condenándolos a una vida separada. Además de transformarlos en leones, los condenó a tirar del carro de la diosa Cibeles
Esta obra de Guido Reni plantea una versión del tema mitológico . La figura de Atalanta acapara los papeles de atleta, cazadora, orgullosa e independiente.
Guido Reni elige una composición muy compleja pero quizá la más precisa y lograda de su pintura mitológica.
El tema se presta a una interpretación dinámica, pero el pintor eligió en cambio una variante estilística muy refinada que consiste en el cruce de los cuerpos luminosos de los dos contendientes, en gestos contrapuestos sobre el fondo marrón azulado del suelo y un cielo que confunde.
Es como si Guido Reni hubiera multiplicado por dos el efecto logrado por Mirón en su famoso “discóbolo” en el que el escultor lograba transmitir la sensación de energía escogiendo el momento de reposo entre dos movimientos contrapuestos: el impulso hacia atrás con el brazo que sostiene el disco y el cuerpo hacia delante, que marca el movimiento inmediato de lanzar el disco.

Reni, entrecruza el cuerpo de Atalanta inclinado hacia el suelo y pivotando sobre la pierna derecha,



con el de Hipómenes que aprovecha la situación para apretar el ritmo hacia delante pero no puede evitar lanzar una mirada al cuerpo desnudo de su amada.
El rostro de Hipómenes deja ver el gesto astuto del que confía en que la vanidad femenina le hará vencedor.


Sólo los flotantes peplos (paños o velos) dan idea del movimiento en una pintura que expresa un calculado clasicismo que pretendían instaurar los Carracci.

Atalanta , personaje formidable, simboliza la mujer que se rebeló contra todos los esquemas patriarcales de la Grecia Antigua y logró obtener el respeto de sus contemporáneos y es un personaje admirado en todas las épocas.

viernes, 6 de marzo de 2009

El nacimiento de la "naturaleza muerta"

Desde el último decenio del siglo XVI, una novedad en la producción artística iba a cambiar el mercado del arte.
Los compradores de obras de arte ya no eran sólo aristócratas, sino ricos burgueses y representantes de las clases que estaban emergiendo como nuevas potencias comerciales.
Por todos estos motivos estaban surgiendo nuevos temas en la pintura en los que la naturaleza, las flores, las frutas, los objetos...tomaban una autonomía en el cuadro que iba a conquistar el nuevo mercado.



Fue Caravaggio el que le dió a un cesto de frutas toda la dignidad que merece.

Gracias a su talento incomparable podríamos considerarlo el verdadero fundador del género de la "naturaleza muerta".
Con una atención intensa al mirar esta obra, podemos descubrir un trabajo minucioso, equilibrado e insuperable...(se conserva en la pinacoteca Ambrosiana de Milán)(http://www.ambrosiana.it/ita/index.asp)
La "naturaleza muerta" se desarrolló por toda Europa, y en España, particularmente Zurbarán y Sanchez Cotán aportaron a este género un gran rigor y un fuerte misticismo.
Esta podía ser una muestra muy significativa de sus obras:


Naturaleza muerta de Francisco de Zurbarán, 1630-1635

La Luz, tenebrista, , contrastada y dura, hace resaltar los objetos sobre un fondo oscuro.El silencio es el máximo protagonista.



Bodegón de caza, hortalizas y frutas de Juan Sánchez Cotán (1602)

En esta composición destaca la sobriedad, se respira un intimismo y una intensidad, que se enfatizan por la luz lateral que produce grandes sombras, creando una ilusión perfecta y realista que harán de la obra de este pintor el prototipo del bodegón español.
Los objetos están colocados en el interior de una alacena y hay: un grupo de dos serines, dos jilgueros y dos gorriones en una caña, tres zanahorias, dos rábanos y un gran cardo blanco cerrando la composición. Y colgados del alfeizar superior: tres limones, siete manzanas, un jilguero, un gorrión y dos perdices rojas.

Y...fuera de España, Sebastián Stoskopff (1597-1657)


Este pintor realizó una interesante variedad de "naturalezas muertas" donde impresiona la refinada elaboración de los objetos de vídrio que se combinan con otros elementos.
Pero...una de las delicadas copas se ha roto, es ya inservible, quizá ilustra el tema de la caducidad de la belleza...