sábado, 28 de enero de 2012

Elogio del individuo


Cuando empecé a leer el libro de Tzvetan Todorov, Elogio del individuo. No podía imaginar que estudiar los retratos del siglo XV en Flandes, entonces vinculado al importante Ducado de Borgoña, iba a ser tan apasionante.
En Flandes se puede decir que surgió la recuperación del retrato, un género olvidado durante la Edad Media Y este fenómeno habría que relacionarlo con la búsqueda de todo aquello que llevara al artista a la representación de la naturaleza perceptible a través de los sentidos y también con la preocupación por el hombre, lo que conocemos como la corriente del humanismo.
No puede haber ninguna duda de que Jan Van Eyck es el pintor más importante de Flandes en el siglo XV, y el que tratará el género del retrato de una manera insuperable, posiblemente por esa sensibilidad que muestra en el tratamiento de la luz.


El cuadro del "Hombre del turbante rojo", de 1433 que está en la National Gallery de Londres, para muchos historiadores del Arte puede que se trate de un autorretrato de Jan.
Lo importante de esta obra es que marcó un estilo de retrato ya que a partir de aquí los retratistas flamencos realizarán sus retratos colocando a los personajes de tres cuartos y estableciendo lo que podríamos considerar como un diálogo con el espectador.
El hombre nos mira directamente a los ojos, y esa será, con el tiempo, una de las características del autorretrato. Esa mirada se queda fija en el espectador, ese rostro permanece en la retina del que lo observa por un largo tiempo.
Pero lo que realmente resulta fascinante es cuando uno llega a la National Gallery de Londres y encuentra este cuadrito. Es poco mayor que una mano, y sin embargo está lleno de detalles que le dan un individualismo insuperable.

Pienso que quizá nunca llegaremos a tener la certeza de quién es el verdadero hombre del retrato que cuelga de la National Gallery, pero de lo que sí estoy segura es que despertará el misterio a todos aquellos que lo vean, y ese misterio perdurará.
Muchos artistas han puesto su mirada en la obra de Jan van Eyck y han intentado reflejar con certeza el tratamiento del turbante rojo como un elemento imprescindible para dar elegancia a los retratados…

"Retrato de hombre" (1400-1410) National Gallery, Londres.

Y si Picasso mirara este retrato…me gustaría saber su opinión

miércoles, 18 de enero de 2012

Alphonse Mucha. Seducción, modernidad y utopía.



Cartel para un anuncio de jabones


Las cuatro estaciones



Alphonse Mucha (1860-1939) fue un artista de origen checo,aunque su obra la desarrolló en Paris. Creador y divulgador del estilo Art Nouveau, pionero en la aplicación del arte a la publicidad y uno de los padres del diseño gráfico moderno.
Sus carteles y pinturas causaron admiración en París y fue imitado por muchos artistas. Sus elaboradas composiciones ponen en juego elementos teatrales y alegóricos, y crean una atmósfera de misterio cercana a la poética del simbolismo.
En la exposición de este artista en CaixaForum de Madrid (museo perteneciente a la obra social de la caixa)que pudimos disfrutar durante el año 2008 vimos una colección de unas 200 piezas artísticas de todas las disciplinas que cultivó el autor y que iban desde carteles, litografías, fotografías, pinturas, joyería, sellos, postales e incluso la decoración de las tapas de las cajas de galletas y bombones. Se presentaban todas las facetas del arte de Alphonse Mucha a partir de cuatro grandes temas fundamentales -teatro, belleza, misterio y modernidad-, y también se prestaba atención a otros cuatro aspectos particulares que permiten comprender mejor el alcance de su obra: la metrópolis como escenario; la fotografía como medio y como arte; la epopeya eslava, una visión, y la difusión del «estilo Mucha», para el que se toma como ejemplo el modernismo en Madrid y Barcelona.

Los trabajos de Mucha frecuentemente introducían mujeres jóvenes, hermosas y saludables, flotando en atuendos neoclásicos, rodeadas de exuberantes flores las que a veces formaban halos detrás de sus cabezas.



Jarolava

El mismo declaró que pensaba que el arte existía para transmitir un mensaje espiritual y nada más; de allí su frustración por la fama que logró a través de un arte básicamente comercial.


Siempre quiso concentrarse más en proyectos elevados que ennoblecieran el arte y su lugar de nacimiento. Mucha visitó los Estados Unidos entre 1906 y 1910, retornando luego a tierras checas para establecerse en Praga, donde decoró el Teatro de Bellas Artes.

Cuando Checoslovaquia obtuvo la independencia, tras la Primera Guerra Mundial, Mucha diseñó sellos postales, billetes de banco y otros documentos gubernamentales para la nueva nación. Pasó muchos años trabajando en La Épica Eslava (una serie de enormes pinturas que describen la historia de los pueblos eslavos) que fueron donadas a la ciudad de Praga en 1928.


Mucha siempre quiso completar esta serie, pero con el estallido de la Segunda Guerra Mundial fue arrestado e interrogado por los ocupantes alemanes. Nunca se recuperó de la tensión de este episodio, ni de ver su hogar invadido y vencido. Murió en Praga el 14 de julio de 1939 a consecuencia de una pulmonía y allí fue enterrado, en el cementerio de Vysehrad.
Su última pintura fue El juramento de unión de los eslavos.
Al tiempo de su muerte, el estilo de Mucha se consideraba ya pasado de moda, pero el interés por su arte revivió en la década de 1960, y continúa experimentando interés.
Gran parte del interés en el trabajo de Mucha puede ser atribuido a su hijo, el autor Jiri Mucha, quien escribió extensamente sobre su padre.

Alphonse Mucha

Y aquí os dejo un tributo a Mucha (hacer clic aquí)