jueves, 23 de julio de 2009

LA MUERTE DE PROCRIS de Piero di Cosimo

Al contemplar esta obra de P. di Cosimo, emana una extraña seducción, posiblemente por ser un tema inusual o por tener un estilo interesante y cautivador.

Este autor vivió de 1462 a 1521 en Florencia y por lo tanto asistió al momento más importante del Renacimiento, es decir, vivió el apogeo de la ciudad bajo el gobierno de Lorenzo el Magnífico y vivió su decadencia.
El tema de este cuadro puede ser un enigma: una mujer semidesnuda, con una herida en el cuello está tendida en un suelo florido y cenagoso.



Un fauno la obseva y se inclina sobre ella, y un perro vela a la mujer, sentado a sus pies.



Parece un amanecer...

Es muy probable que se trate de una leyenda antigua contada por el poeta romano Ovidio en sus "Metamorfosis": LA MUERTE DE PROCRIS.

Es un relato triste sobre la sospecha de celos que destruye la felicidad de una pareja: Céfalo y Procris

Céfalo, un día se difrazó para comprobar la fidelidad de su esposa y cuando ésta estaba a punto de sucumbir, él se dió a conocer y Procris avergonzada huyó al bosque a pedir ayuda a la diosa Diana.
Céfalo, arrepentido de lo que había hecho la pidió perdón pero ella era ahora la que sentía celos y le siguió hasta el bosque, cuando este iba de cacería, pero la mala fortuna hizo que Céfalo la hiriera con una flecha, confndiéndola con una presa..
Céfalo no aparece en el cuadro pero si aparece el perro Laelops que le regaló Diana a Procris y que es el símbolo de la fidelidad.

La leyenda está pintada en una tabla de una medidas extrañas: 65 centímetrospor 183 centímetros, lo que hace suponer que sería el frente de un arca nupcial ("cassone")
Estas arcas alargadas formaban parte de las dotes nupciales y eran colocadas a los pies de las camas matrimoniales.



El paisaje de este cuadro es de un aire melancólico con un cielo incierto y sin las líneas de fuga, propias de una perspectiva renacentista.

Es un espacio sin límites.

El fauno o sátiro que se inclina hacia Procris,no es mencionado por Ovidio, pero el pintor lo introduce con un aire de sensibilidad sin olvidar el elemento salvaje




Deberíamos reflexionar ante esta obra y tratar de entender el mensaje de un reino de fantasía que puede enlazar con la realidad.

martes, 14 de julio de 2009

REINA LA SOLEDAD BAJO EL PARAGUAS

Una encrucijada de calles de París en una tarde de invierno: avenidas anchas, grandes perspectivas, fachadas uniformes de las casas…es el París de hoy.
En 1964 el Art Institute de Chicago compró este cuadro:




“Calle de París en un día de lluvia”, GUSTAVE CAILLEBOTTE (1877)

Caillebotte hace un enfoque casi fotográfico con una composición marcada por una complicada perspectiva, característica constante en sus primeras obras.
Zola, quien apreciaba bastante a Caillebotte, la describía como "una pintura antiartística, limpia, helada y burguesa, a fuerza de exactitud."
Caillebotte usa colores planos y el efecto de foto tan realístico del cuadro le da una característica de un aspecto moderno, casi similar a la obra del pintor estadounidense de estilo realista Edward Hopper.



El título del cuadro alude a una calle de París, sin embargo se ven varias. La que diascurre desde el primer término hasta el fondodel cuadro es la rue Turin; de izquierda a derecha la atraviesa la rue Moscou, a la que va a parar desde atrás la rue Clapeyron. El cruce de estas calles se llama actualamente plaza de Dublín y se encuentra cerca de la estación ferroviaria de Saint- Lazare.
Este plan urbanístico era obra del barón George Eugène Haussmann por encargo de Napoleón III que deseaba que desapareciera el centro medieval, con sus callejuelas estrechas y edificios húmedos que resultaban insalubres . El emperador quería cambiar las condiciones de vida de París y por eso le encargó a Haussmann que se “pusiera en marcha”.
Este ambicioso plan urbanístico favoreció a muchos empresarios y banqueros y el padre de Caillebotte fue uno de ellos.
Las normas de construcción eran unitarias y en la pintura de Caillebotte se puede contemplar que las calle eran amplias y conducían a una plaza presidida por algún edificio importante.
Caillebotte eligió un ángulo visual que le permitió hacer una pintura casi geométrica.



Las figuras principales trasmiten distancia y discreción




Miran de reojo en lugar de observar al hombre que se aproxima y que inevitablemente tiene que apartar el paraguas para no chocar con ellos.

Esta es la más famosa y ambiciosa obra de Caillebotte, expuesta en la Tercera Exposición Impresionista en la Rue Le Peletier, donde no fue bien recibida por la crítica en general.
L'Évenement comentó que "el dibujo es de cierta calidad, pero Caillebotte parece haber olvidado incluir la lluvia".
Es una de las mejores representaciones del París del siglo XIX.

jueves, 9 de julio de 2009

Las mujeres inmateriales de Utamaro





Cuando llegaron a Europa a finales del siglo XIX las obras de Kitagawa Utamaro, ejercieron una gran influencia en otros pintores japoneses del estilo ukiyo-e, como Ando Hiroshige.
Los impresionistas fueron los primeros en admirarlas, y más tarde muchas de las primeras vanguardias del siglo XX se inspiraron en ellas.
Entre las mejores realizaciones de Kitagawa Utamaro se encuentra el álbum titulado Doce vistas de fisonomías de bellas mujeres (1803).Representan escenas de teatro, actores y prostitutas del famoso Yoshiwara, el barrio de placer de Tokio.
Sus bellezas femeninas, casi siempre de medio busto, son, en particular representaciones idealizadas, inmateriales, ejecutadas con colores planos y con un dibujo muy expresivo, el tipo de estampas más características del estilo ukiyo-e.




Kitagawa Utamaro es uno de los pintores japoneses más conocidos y valorados en Occidente, representante destacado del movimiento Ukiyo-e, que dominó el arte japonés de los siglos XVII al XIX.

Se formó en Edo, hoy Tokio, con Toriyama Sekien, artista de la escuela Kano.
La fama le llegó en 1788, con dos álbumes de xilografías titulados, respectivamente, El libro de los insectos y El poema de la almohada.





Una gran belleza compositiva domina el cuadro.
Está realizado con tinta china y pigmentos sobre papel de arroz. Es de suma sutileza, de gran preciosismo...