Edimburgo me pareció una ciudad encantadora, una hermosa atalaya con un color gris dominante salpicado de verde.
Cuando entré en la National Gallery of Scotland y recorrí sus salas, pensé, mientras paseaba entre los cuadros, que aquel museo tenía bastante de provinciano, que había pocos vigilantes y que entrando en comparaciones, España parecía un país mucho más moderno. Entré en una reducida habitación en la que todo estaba dominado por una sola imagen, la de Gertrude.
Gertrude, sentada -en una postura desenfadada- en un sillón rococó, recortándose ambos elementos ante una tela de color azul con decoraciones florales.
Su mirada se dirigía hacia mí, estableciendo cierta complicidad.
Miré el nombre del artista y leí Sargent; pude apreciar que su pintura se interesaba por las calidades de las telas y la dama tenía un glamour que yo había podido apreciar en las obras de Sorolla y de Monet. La pincelada rápida y ligeramente empastada, me hacía recordar el estilo de los impresionistas y como no, de Velázquez. Los tonos empleados -rosas, turquesas, blancos- armonizaban, creando un atractivo juego de luces y sombras. Me detuve en los detalles, su mano derecha, con una flor entre los dedos, descansando de manera delicada, y la izquierda, con una pulsera dorada, cayendo de forma lánguida en el brazo de la butaca.
Pero fue su mirada la que me detuvo en la sala, una mirada de la seguridad en una misma, en una clase, en un destino, en la sabiduría de que nada de lo que esté por venir turbará el bienestar.
Estuve indagando en la obra y supe que se llamaba Gertrude Vernon, aunque muchos la conocían por Lady Agnew of Lochnaw. Su retrato lo pintó, entre 1892 y 1893, un americano nacido en Florencia, un tal John Singer Sargent (1865-1925). Al poco tiempo, pude volverla a ver en el museo Thyssen-Bornemisza, junto a otros cuadros de su autor y del español Sorolla.
Allí estaba ella, mirándome desde su butaca tapizada de marfil y flores.
sin mi, sin vos, sin Dios
-
En fin, señora, me veo
sin mí, sin vos y sin Dios:
sin Dios, por lo que os deseo;
sin mí, porque estoy sin vos
sin vos, porque no os poseo.
Y, por si no lo ...
Hace 6 días
6 comentarios:
Me ha encantado esta pintura, no la conocía , me ha parecido de un realismo asombroso, tiene una mirada que dice muchísimo.
Aprovecho para darte las gracias de tu visita a mi cocina y como te dije allí, no soy nada entendida en arte moderno, siempre me he decantado más por el griego, romano, íbero... aunque por supuesto nunca hay que estar cerrada a nada .
saludos , encantada de descubrirte
Conocía este cuadro que tengo en la carpeta correspondiente a este pintor, buen retratista que logra en sus cuadros revelar la personalidad de los personajes.
La pintura del siglo XIX es mayoría en mis archivos porque es la que mejor me sirve en el blog para acompañar a los poemas.
La pena es que no encuentro todos los pintores españoles de pintura realista que me gustaría,me refiero a los cuadros no a las biografías.
Qué mirada moderna la de Gertrude.
Me puse a pensar ahora...qué interesante sería que hicieras un estudio de las miradas femeninas a través de la historia del arte. Por lo menos mientras el arte tuvo miradas que nos miran desde las obras. Ya sé, menudo trabajo.
Preciosa esta mirada de Gertrude, Pilar. Has aumentado mi curiosidad por Sargent... Creo tomaré algo suyo para colgar, cuando cuadre el motivo, en mi página.
Otro beso.
Hola Pilar: he visto que yo comenté sobre este cuadro en tu otro blog. Hoy he dedicado una entrada a este cuadro y me he tomado la libertad de enlazarte, para que los visitantes de mi blog lean tu entrada.
Un beso
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