Siempre que he tenido el atrevimiento de meterme a estudiar e indagar en la vanguardia del Surrealismo ha sido como una exploración por un mundo que algunos dicen que es el mundo de los sueños pero que yo encuentro más cerca de un mundo de libre pensamiento .
En ese mundo los elementos más dispares se revelan unidos por relaciones secretas y se alcanza una esfera, en la que la obra de arte es comunicación directa del individuo con el todo.
La psicología surrealista queda expuesta con las palabras de André Breton, cuando dice: " De esta manera la obra surrealista se puede entender como una conexión de casualidades en las que el deseo y el devenir ajeno convergen en el sueño y el resultado es la interpretación del artista".
La mayoría de los estudiosos de la historia del Arte saben que el término surrealismo nace de la mano de Guillaume Apollinaire, quien lo acuñó en el programa de mano que escribió para el musical Parade en mayo de 1917.
Como movimiento, nació en Francia en el año 1925 y se puede considerar como fundador a André Breton, quien dijo que el inconsciente es la región del intelecto donde el ser humano no objetiva la realidad sino que forma un todo con ella.
La declaración de intenciones del grupo aparece en 1924 en el Manifiesto Surrealista de Breton, al tiempo que se inicia la edición del periódico La Révolution Surréaliste.
Defienden la inconsciencia, el sueño y la locura, e inauguran en 1925 la primera exposición del surrealismo en la Galería Pierre de París, con obras de Arp, Ernst, Ray, Klee, de Chirico, Masson, Miró, Picasso y Pierre Roy.
A finales de los años veinte, el movimiento sale de las fronteras de Francia; propicia el nacimiento del expresionismo abstracto, al tiempo que posibilita otras manifestaciones posteriores como el arte pop o el arte povera.
Pero…a pesar de conocer a los representantes de esta vanguardia liderados por el catalán Salvador Dalí , el precursor es un artista que muchos historiadores y críticos de arte olvidan cuando explican el concepto y gestación del Surrealismo, y que otros sin embargo pensamos que sin su obra, ni las palabras de Breton ni la pintura de esta vanguardia tendrían espacio en la Historia del Arte.
Me estoy refiriendo a Jeroen Anthoniszoon van Aken, llamado Hieronymus Bosch (1450 - 1516).Fue un pintor flamenco. En español es conocido como El Bosco o Jerónimo Bosch.
Su formación fue en el taller familiar (dedicado a la pintura al fresco) y aprendió también a dorar esculturas de madera y objetos sagrados, trabajando especialmente para la catedral de la ciudad.
Sus personajes son santos que él trata como sujetos comunes y vulnerables.
Todos tienen algo de caricatura, son seres que con cierta exageración demuestran sus pasiones y bajos instintos sin tapujos ni moralidad
Sin duda hay algo en los universos imaginarios del Bosco que nos inquieta. Algo que no es una presencia sino más bien un presagio, una amenaza que pesa sobre nosotros como si se tratara de mil ojos ocultos en un bosque. Esa sensación de sentirnos mirados y escuchados cuando caminamos por un bosque está perfectamente interpretada en la mayoría de los paisajes fantásticos que crea el Bosco y que se encuentran sembrados de formas premonitorias.
La cultura del Bosco le llevó a mezclar sentencias populares con elementos humanísticos.
La forma característica de las pinturas del Bosco es el tríptico, una secuencia de tablas que le permitía desarrollar en el tiempo y en el espacio la narración; a veces utilizaba también el exterior de los paneles para incluir algún comentario moral.
Tríptico del carro del Heno del Bosco (Museo del Prado)
Si alguna obra del Bosco hubiera que relacionarla con el Surrealismo, o incluso clasificarla en la historia del Arte como Surrealista, esta sería la tabla central del tríptico del carro del heno del Museo del Prado.
Un proverbio flamenco dice:”El mundo es una montaña de heno : cada uno coge cuanto pueda aferrar”.
El protagonista de la obra es la humanidad corrompida por los placeres terrenales, ya presa de la locura que se encamina inexorablemente a la condenación eterna: el heno, símbolo de la avidez del hombre, es arrastrado lentamente hacia el infierno por uno personajes híbridos entre humanos y animales, algunas criaturas fantásticas e incluso el Papa, el emperador y otros poderosos siguen este cortejo …
En lo alto del carro, ajenos a lo que está pasando abajo están los que viven en el pecado de la lujuria , una pareja de campesinos se besa entre los arbustos, mientras otros se ocupan de la música lasciva, en compañía de una figura demoniaca con nariz en forma de trompeta y cola de pavo real haciendo alusión a la vanidad
Quizá el carro del heno fuera el anuncio de las vanidades de los siglos siguientes al Bosco
Max Ernst,El manto de la novia ,1940