Uno de ellos, Correggio (Antonio Allegri) elaboró una vía para el renacimiento que abría las puertas a la luminosidad y la fluidez del estilo barroco mostrando un impresionante atrevimiento con la perspectiva.
Correggio, renovó la estructura clásica de los cuadros y de los retablos y las escenas mostraban una gracia y un sentido de la belleza que estaba abriendo una nueva vía en la pintura.
La escena en la que Zeus (Júpiter) , transformándose en una nube, abraza, besa y provoca el desmayo de la ninfa Io es verdaderamente prodigiosa. La nube divina envuelve el liso cuerpo de la muchacha, apretándolo en un suave e irresistible abrazo
El otro pintor, quizá más tenso y cerebral, Parmigianino, (Francisco Maria Mazzola) fue un contrapunto a su maestro Correggio y está claro que su propuesta en pintura era una sofisticada versión del naciente manierismo.
Su obra y su personalidad presentan el primer manierismo toscano. Para él la función del arte era trasmitir sensaciones exquisitas y excitantes, para lo cual tuvo que crear una necesaria artificiosidad que le permitía conseguir efectos de mágico hiperrealismo como en el retrato de joven mujer llamada Antea, del museo Capodimonte de Nápoles .
(detalle del retrato de Antea)
En este retrato Parmigianino deja descubrir un personaje que expresa una duda o quizá una tensión que se filtra bajo el rigor y la glacial inmovilidad
La personalidad de Parmigianino era especial y posiblemente difícil de entender y tal vez su vida era algo misteriosa. Con apenas veinte años realizó un autorretrato sorprendente (hoy en Viena) como verdadero tour de forcé virtuosístico, simulando el efecto de distorsión del rostro, la mano y la estancia reflejados en el espejo convexo.
En los últimos años de su breve vida, Parmigianino se encerró en sí mismo, y se dedicó obsesivamente a experimentos de alquimia.
En los últimos años de su breve vida, Parmigianino se encerró en sí mismo, y se dedicó obsesivamente a experimentos de alquimia.
1 comentario:
El autoretrato de Parmigianino lo ví en la exposición de REtratos del REnacimiento que ha estado hasta el 7 de Septiembre en Madrid...Fuí 4 veces a ver la exposición...pero a ese cuadro no me acerqué mucho...lo ví...lo miré...pero me acerqué...no me apetecía...ahora, depués de leer lo que has escrito sé por qué...SIEMPRE HE TENIDO MIEDO A LAS PERSONAS a las QUE SÉ QUE NO TENGO ACCESO, QUE NO PUEDO ENTENDER...á personas con las que no puedes mantener una conversación, un entendimiento mínimo. Estoy segura que ese Parmigianino debió ser muy raro como dices tú.
Curiosamente, a Van Gogh, a sus retratos y pinturas, me acerco sin ningún problema, más bien con entusiasmo...a lo mejor es cierta esa versión de que no tenía más problema mental que la intoxicación por la pintura que utilizaba ¿??...
Besos guapa...
(Por cierto a los autoretratos de Durero tambien me acerqué y me recreé con el de juventud...eso sí, no se si porque son unas maravillosas pinturas o porque el retratado es un "maravilloso" ejemplar de hombre, ejejejeje)
Publicar un comentario