martes, 24 de noviembre de 2009

Un partido de tenis con Apolo (la muerte de Jacinto, de Tiépolo)



En 1752 el Conde alemán Wilhelm Friedrich Schaumburg Lippe, encargó al pintor Tiépolo que le pintara una versión especial del episodio de la mitología que narra la muerte de Jacinto.
En el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid está ese cuadro tan curioso de Giambattista Tiepolo, que aparte de su incuestionable valor artístico, nos permite encontrar en él los orígenes del tenis.
En la muerte de Jacinto, un joven de clara piel resplandeciente está tendido con una pose un tanto decorativa, como si estuviera abandonado sobre un paño de seda tornasolado.
Tiépolo nos presenta al amante de Apolo agonizante en una escena luminosa, que no es precisamente la luz de Venecia la que irrumpe en la escena sino la de Wurzburgo, donde Tiépolo estuvo tres años trabajando para un príncipe-obispo llamado Carl Philipp von Greiffenclau del que había recibido el encargo de decorar su residencia.

Wurzburgo era una metrópoli palpitante y el Conde alemán Wilhelm Friedrich Schaumburg Lippe, hombre culto, conocía perfectamente las Metamorfosis de Ovidio, una de las obras indispensables en la formación clásica.
En el libro X, Ovidio nos cuenta que Jacinto, un hermoso joven, del que estaban enamorados Apolo y Céfiro, el dios del viento,
un atardecer Jacinto ofreció a Apolo jugar a lanzar el disco o pelota, que en esta versión no aparece el disco, pero sí aparece una raqueta de tenis y una pelota (podemos observar la raqueta en la parte inferior derecha).
Lanzó Apolo, (que para eso era dios mitológico) la pelota con tal fuerza que Jacinto quedó maravillado, pero Céfiro celoso, sopló y desvió la trayectoria de la pesada pelota dando en la frente a Jacinto…y tanta sangre salía de la herida de Jacinto que Apolo no pudiendo hacer nada para salvarlo no permitió que Hades, el dios de los muertos, reclamara al muchacho; y de la sangre derramada del joven hizo brotar una flor, el jacinto. Según la versión de Ovidio, las lágrimas de Apolo cayeron sobre los pétalos de la flor y la convirtieron en una señal de luto.





¿Y qué hace la raqueta en todo esto?,
parece ser que el tenis estaba muy de moda en la Venecia del siglo XVIII, de ahí que Tiépolo se permitiera el anacronismo y pusiera a un dios mitológico a jugar al tenis.

Aunque existen referencias escritas a este deporte de siglos anteriores, esta es una de las primeras representaciones gráficas de la raqueta y las pelotas, tal y como las conocemos hoy.

jueves, 19 de noviembre de 2009



Y para rematar desde este espacio la semana de la ciencia en mi colegio, le dedico a todos mis alumnos y especialmente a mis alumnos de Historia del arte este trabajo.


El hombre de Vitruvio es un estudio de las proporciones del cuerpo humano, realizado por Leonardo da Vinci a partir de los textos del arquitecto romano Vitruvio titulados
-Vitruvii De Architectura-, y del que el dibujo toma su nombre.
Leonardo se representa a sí mismo, desnudo y en dos posiciones sobreimpresas de brazos y piernas e inscrito en un círculo y un cuadrado.



Es cierto que Leonardo tuvo acceso a escritos que guardaban secretos y conocimientos de la antigüedad y sabía también el peligro que tenía revelar alguno de esos secretos, por ello muchas de sus anotaciones particulares, y algunas de sus obras públicas, están realizadas en una clave secreta que permite ocultar a la vista general la información que el artista plasma para un futuro lector, y que con la clave indicada, podrá descifrar en su momento.

El artista nos muestra a través de sus dibujos su maestría en la composición, y fundamentalmente, un profundo conocimiento de la antigüedad romana.
Sus investigaciones sobre los textos de Vitruvio y la geometría permiten asegurar que tenía un intenso conocimiento sobre la ciencia antigua y sus enseñanzas.

Exponer el saber y conocimiento que Leonardo atesoraba a través de los textos de Vitruvio no tiene porque parecer forzado, muy al contrario, Leonardo se identifica de manera completa con el arquitecto romano, y con toda seguridad fue entendedor de todas las enseñanzas de su lejano maestro en el tiempo.

El texto original de Vitruvio y que inspiró a Leonardo el dibujo donde se representa a sí mismo dentro de un círculo y un cuadrado nos remite directamente a que él creía haber alcanzado el secreto de la "cuadratura del círculo".



Las proporciones descritas por Vitruvio y Leonardo solo tienen sentido si realizamos un nuevo trazado, que aunque implícito en el dibujo original no aparece a la vista del observador
Me refiero al siguiente dibujo:
EL HOMBRE DE VITRUVIO EN MODULACION 10x10




En este dibujo Leonardo aparece dibujado dentro de un círculo de cinco codos de diámetro y de un cuadrado de igual dimensión que forma una cuadricula de diez por diez módulos.
La modulación del número perfecto :el diez.
El ombligo de su figura es el centro geométrico del conjunto. Es así como adquieren total sentido las primeras palabras de Vitruvio:

“Es imposible que un templo posea una correcta disposición si carece de simetría y de proporción, como sucede con los miembros o partes del cuerpo de un hombre bien formado.”

Leonardo en el interior del Templo, alcanza la cuadratura del círculo.

El círculo es símbolo del cielo y el cuadrado de la tierra, y el Templo intermedia entre uno y otro, y solo a través del Templo se logra la cuadratura del círculo, la unión indisoluble de la materia y el espíritu.
la modulación, oculta a simple vista, está en el dibujo de Leonardo y por los tanto concuerda con las palabras de Vitruvio:


"La disposición de los templos depende de la simetría, cuyas normas deben observar escrupulosamente los arquitectos. La simetría tiene su origen en la proporción, que en griego se denomina analogía. La proporción se define como la conveniencia de medidas a partir de un módulo constante y calculado y la correspondencia de los miembros o partes de una obra y de toda la obra en su conjunto."

Leonardo,con su obra comprende y alcanza "El Supremo Templo de la Arquitectura" que Vitruvio detalla en su texto:
"En conclusión, la ciencia de la arquitectura es tan compleja, tan esmerada, e incluye tan numerosos y diferenciados conocimientos que, en mi opinión, los arquitectos no pueden ejercerla legítimamente a no ser que desde la infancia, avanzando progresiva y gradualmente en las ciencias citadas y alimentados por el conocimiento nutritivo de todas las artes, lleguen a alcanzar el Supremo Templo de la Arquitectura."








Un abrazo para todos los científicos del colegio y enhorabuena a todos mis compañeros que han hecho posible que esta semana haya sido especial.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Una máquina celeste nos explica el universo

En la semana de la ciencia (del 9 al 13 de noviembre de 2009) quiero apoyar a mis compañeros y a todos los alumnos del colegio Apóstol Santiago con este comentario de la obra de Joseph Wright of Derby.



Este cuadro trata de la ciencia y de la divulgación de los descubrimientos científicos y es cierto que estos días se va a respirar por el colegio ese aroma de ciencia y ese entusiasmo por mostrar y divulgar lo que “nuestros científicos” saben.
A comienzos del siglo XVIII El conde de Orrery financió la construcción de un aparato que reproducía la trayectoria de los planetas alrededor del sol. El aparato se llamó "orrery" en honor al conde de Orrery que patrocinó uno de los primeros modelos de este tipo construido por el famoso George Graham, genial relojero y artífice de aparatos astronómicos de alrededor del 1700.
En el cuadro claramente se distingue la Tierra con la Luna así como Saturno y sus anillos. El Sol queda oculto y también una manivela y un complejo sistema de tirantes que ponían los planetas en movimiento.



El filósofo que explica la órbita de los planetas está en el centro, dominando la escena con su toga roja, como si estuviera por encima de las demás figuras.



La mujer que está a la izquierda y los niños nos hacen ver que no es una clase universitaria sino más bien una reunión privada, casi familiar, posiblemente dentro de una biblioteca




Una interpretación que puede resultar un tanto curiosa es la de que las caras de las personas representan todas las fases de la luna, desde la luna llena en la cara totalmente iluminada de los niños, hasta la luna nueva de la cara del personaje de espaldas, pasando por todas las fases intermedias en el resto de los personales.
Los rostros de los niños son los más iluminados en el cuadro de Wright: estos niños no están aburridos sino que están entusiasmados y atentos a la demostración y tienen una expresión de felicidad que delata que están contemplando algo muy hermoso.
y también… que la luz que sale del centro representa la luz de la ciencia que ilumina/ilustra a todos los que quieren acercarse a ella.



Conocemos el nombre del caballero que está tomando notas por un retrato de Joseph Wright, se trata de Peter Pérez Burdett. Era agrimensor y dibujaba mapas lo que hace pensar que también era un hombre interesado en el cálculo de las órbitas celestes. Está representado de una forma elegante con un chaleco claro de listas y el sombrero sujetado debajo del brazo y en la mano tiene un moderno bastón de paseo.
Estas demostraciones estaban organizadas por la “Lunar Society” en Derby y otras ciudades inglesas.
Sus miembros se reunían una vez al mes, y solía ser el lunes más próximo al día que hubiera luna llena. Lo más seguro es que eligieran ese día deliberadamente porque así la luz de la luna les iluminaba el camino de vuelta, o quizá quisieran demostrar que los cuerpos celestes jugaban un papel importante en sus vidas y en sus reuniones.
La “Lunar “Society” era financiada y apoyada por hombres que pertenecían a una clase acomodada y tenía interés por las ciencias.
Entre los miembros de esta sociedad estaba James Watt, que construyó la máquina de vapor en 1765, que fue el invento más importante
En el siglo XVIII las ciencias naturales y la técnica ocuparon un lugar en igualdad de condiciones con la religión, el arte y la filosofía.
Enseñar se podía convertir en algo apasionante y en este cuadro de un tamaño importante (147,3 por 203,2 centímetros) no se estaba mostrando un gran acontecimiento; solo un profesor con unos discípulos buscaban el “conocimiento” en el Siglo de las Luces.
¡FELIZ SEMANA DE LA CIENCIA!

domingo, 1 de noviembre de 2009

Las meninas o la familia de Felipe IV, (1656, Velázquez) EL FINAL DE LOS AUSTRIAS EN MADRID




Vuelvo a asomar en mi blog el interés que tengo por el arte de la pintura ,con algunos secretos de una gran obra que siempre tendrá algo que contarnos y siempre dará lugar a invertir un tiempo para contemplarla y admirarla como se merece.

La pintura es de 1656.

Cuando Velázquez pintó las meninas , el rey Felipe IV tenía 51 años y estaba enfermo.

Su política interior y exterior había llevado a España a una ruina económica que se dejaba ver en todos los rincones del país y en palacio se servía en platos de oro, intentando mantener las apariencias de una corte (la de los Austrias) que durante cinco generaciones se había mantenido en el trono casándose entre ellos, lo que les llevó a desarrollar algunas enfermedades de consanguineidad que de alguna manera repercutían en los asuntos de Estado.

Felipe IV había heredado un fuerte imperio que fue poco a poco perdiendo y no solo en lo que a territorios se refiere, sino a relaciones económicas, rebeliones, pérdida de rutas comerciales…todo se podía resumir en un absoluto fracaso.

En el cuadro de las meninas , Velázquez retrata a Felipe IV y a su mujer Mariana de Austria de una manera indirecta, reflejados en el espejo de la pared del fondo, desdibujados los rostros con esa maravillosa técnica impresionista del pintor.


En ningún otro cuadro de Velázquez aparecen juntos el rey y la reina, y en éste , aun estándolo, sólo se distinguen a grandes rasgos.

Pero en el centro de la escena se encuentra la infanta Margarita, con cinco años de edad, y que intenta transmitir una sensación de felicidad familiar y de riqueza, así como un futuro esperanzador en la persona de la pequeña infanta.



Cuando Velázquez pintó este cuadro Margarita era el único vástago de la familia real. Era la esperanza de que vendría un heredero sano también a un trono que ansiaba la descendencia masculina.La luz que tiene la niña tiene un significado muy claro: la esperanza.

Y la mirada de la niña, como la de casi todas las personas representadas en el cuadro, reflejan el ambiente de conciencia de clase que se respira en la sala, que es a la vez el estudio del pintor y guarda esa intimidad compartida con las personas “importantes” de palacio.

Las meninas , damas de compañía, eran de familias aristocráticas del país. La de la izquierda se arrodilla ,no como un gesto de cariño, sino para cumplir un precepto: “sólo de rodillas se podía ofrecer algo aun miembro de la familia real”. Y esto era considerado un privilegio.




La dama de la izquierda posiblemente sólo estuviera colaborando con llevar el jarrito.



Bufones y perro

Los bufones y enanos eran un recurso para soportar el aburrimiento en palacio. Pero, también es verdad que ninguna corte europea tenía tantos personajes de este tipo como la española.






La enana del cuadro, Maribárbola era alemana y enanito que está con ella era Nicolasito Pertusato, de Italia.




Los enanos podían hacer todas as gracias que quisieran, vivían al margen de cualquier jerarquía de la corte y se les trataba igual que a los animales de compañía, como los perros. Y no es casualidad que aparezcan en el mismo rincón de la habitación.

EL FINAL DE UN PINTOR


Velázquez lleva en el pecho la cruz de caballero de Santiago, aunque en 1656, cuando pintó el cuadro, no pertenecía aún a esa órden aristocrática.



Ingresó en ella tres años después cuando quedó verificada su “pureza de sangre” , es decir que no tenía ningún antepasado judío o moro.

Posiblemente la cruz fue añadida después por un pintor anónimo.

Pero además de pintor, Velázquez desempeñó el trabajo de aposentador real lo que implicaba una gran variedad de obligaciones con la corte y además debía atender muchos asuntos particulares del rey.

Muchas de estas misiones fueron agotadoras para el pintor pues debía trasladarse y viajar muchas veces para poder cumplir.

En 1660 tuvo que ir hasta la frontera con Francia para formalizar el compromiso de la hija de la primera esposa de Felipe IV con Luis XVI.

Al volver a Madrid, en Julio de 1660, escribió que estaba agotado después de este viaje…


Murió un mes más tarde