lunes, 13 de octubre de 2008

Edward Hopper, maestro "clásico" de realismo estadounidense

Los cuadros de Hopper retratan con frecuencia la fragilidad del ser humano, son ventanas hacia adentro…
Hacia adentro de una soledad urbana y una desolación humana difíciles de describir.

Hopper tiene una profunda inspiración en el desencanto, la soledad, los espacios, los silencios y las luces de una Norteamérica de provincias que en sus cuadros anticipan los escenarios, las situaciones y los personajes del cine.


El sentido de la luz y de la soledad Hopper lo descubre en la pintura del Renacimiento, (sobre todo en Piero della Francesca y en Andrea Mantegna) cuando vivió en Europa entre 1905 y 1910.
Cuando volvió a Nueva York se dedicó al grabado y hasta 1924 no pintó al óleo.
Enseguida tuvo mucho éxito y se convirtió en el gran ilustrador de la depresión y el new Deal
Esos “Halcones de la noche” que pinta Hopper en Nighthawks, esos noctámbulos, son unos náufragos perdidos, ensimismados, refugiados en su propia soledad
Para realizar este cuadro se inspiró en una narración de Hemingway y en un restaurante que existe realmente en Greenwich Avenue que había atraído su atención, sobre todo visto de noche.
En bastantes ocasiones el propio artista había comentado sentirse atraído por la fuerza expresiva de la luz y aquí lo percibimos con el sugerente juego de colores que adquieren vida gracias a la luz artificial que inunda el local.
Toda la escena parece encerrarse en una impotencia tranquila, resignada, que fluye desde el rostro de las figuras solitarias.
Entre los escaparates oscuros y las luces apagadas de una tienda se puede apreciar la presencia de una máquina registradora, posiblemente haciendo alusión a lo imprescindible del dinero.


El misterioso personaje de espaldas parece sopesar meditabundo con un vaso entre las manos, es un verdadero estereotipo de un personaje de Hollywood La pareja que hay al otro lado del mostrador nos hace recordar el cine norteamericano de la época,: ella observa el esmalte de sus uñas y el sostiene entre sus dedos un cigarrillo y la mirada la tiene perdida en el vacío. Las manos casi se rozan, pero de forma casual.






Las banquetas forman parte de un decorado por rellenar, con otros personajes que podrían entrar en cualquier momento al bar.



El barman es el único que muestra un mínimo de vitalidad, aunque parece que su movimiento es mecánico por su profesión no por mostrar algún tipo de afecto hacia los clientes





Y la acera…larga y estrecha ...desequilibra totalmente la escena dejando a todos los personajes desplazados a la derecha, al precario amparo del bar nocturno.
y…la calle vacía sugiere la idea de soledad….

Hopper aunque se mantuvo al margen de las principales corrientes del siglo XX, su estilo simple y esquemático fue uno de los que influyó en la vuelta al arte figurativo posterior y en el Pop Art.
Murió el 15 de mayo de 1967 en Nueva York.




10 comentarios:

mangeles dijo...

Me encanta....Hopper...y me encanta como lo has contado...me lo apunto jejee..

A mí no me resulta tan desolador como tú lo cuentas. A mí me gusta la soledad y el anonimato de la gran ciudad (por decir algo...porque Madrid de gran ciudad tiene poco jejeje)...ojalá algún día pueda ir a New York...y sentir ese anonimato de gran ciudad... a mí me axfisia la proximidad que existe en un pueblo o una pequeña ciudad..supongo que es porque no me gusta poner defensas...es algo que me molesta...y en esa proximidad de pueblo es imprescindible ponerlas ....

besos mañaneros (vaya rollo que me he marcado para decir que me gusta el pintor y que estoy deseando conocer New York jejejjee)

Pilar Álamo dijo...

Mangeles:
Hay un cuadro en el Thyssen-Bornemisza de 1931, titulado "habitación de hotel" que deja sentir una atracción extraña hacia las habitaciones de hotel porque es como pensar que en las habitaciones de hotel los sentimientos cambian cada día igual que los rostros y las vidas de los clientes que las habitan de forma pasajera. Hopper enfrenta en ese cuadro el ambiente "sin nombre" con las maletas aún cerradas de las que cuelga el cartel con el "nombre" de los propietarios.
¿decías algo de rollo?

mangeles dijo...

que bonito...pues genial porque así lo verés este fin de semana...tengo pensado (de hecho tengo la entrada comprada) para el Thyssen...lo buscaré...Un beso profe

Unknown dijo...

Siempre me resultó magistral este pintor. Los que somos urbanos y noctámbulos nos sentimos representados en esos ambientes cargados de soledad. Y esa luz tan inquietante y tan reconocible. También y aunque parezca contradictorio con esa atmósfera ciudadana contemporánea, le siento algo de místico a esa luz desolada, quizá por la influencia que mencionas del Renacimiento Italiano. Las banquetas para mí son ausencias, más que posibles presencias, son los que se fueron más que los que pueden llegar. Y pensando en el cuadro que mencionas, "Habitación de hotel", estoy seguro, sí, Hopper tiene como un misticismo de la soledad.
Bué, este fue otro rollo...Es que los amantes del arte somos medio "rolleros". Sabrás perdonar.

Algaire dijo...

Describes muy bien las pinturas de Hopper cuando dices: "son unos náufragos perdidos, ensimismados, refugiados en su propia soledad". En cuadros como "Autómata" o "Habitación de hotel" o "Ventana de hotel" por citar algunos, queda bien reflejada esa soledad de los personajes.
Un saludo

JAVIER dijo...

Gracias a su blog voy aprendiendo poco a poco un tantito de los grandes exponentes de la pintura.Esto, para mi, es un mundo nuevo.

Saludos desde Japon.

Pilar Álamo dijo...

Le santi:
tu comentario me hizo pensar y...creo que me convence más que las banquetas se quedaron ausentes y casi abandonadas. Otra referencia a la soledad.
Algaire:
sigues manteniendo el interés por descubrir más obras de artistas que casi rozamos con solo mirar.
Javier:
también para mi es un mundo nuevo,recibir contestación a mis comentarios, y te aseguro que me agrada.
Hoy he tenido una bonita experiencia en mi clase ,pues comenté con mis alumnos el cuadro del 4º estado de Pelliza da Volpedo y mi sorpresa ha sido como han participado mis alumnos aportando un montón de ideas. ¡hoy he aprendido de ellos!

clariana dijo...

Me gustan estos cuadros por la belleza que transmiten, de los espacios, de la luz y del color, ésto en la parte de impresión visual, pictórica.
En cuanto a la parte psíquica, me producen soledad, incertidumbre, por la relación entre las personas, más que por su escasez en el cuadro. Está muy lograda tu descripción, gracias. Un beso.

Sirena Varada dijo...

Hola
Hace ya tiempo que sigo tu blog aunque es la primera vez que escribo, y lo hago en esta entrada sobre Edward Hopper porque es uno de mis pintores favoritos.
Quiero felicitarte porque este blog es una maravilla y aunque no soy ninguna entendida en arte, te puedo asegurar que lo que escribes, además de didáctico, es un auténtico lujo para cualquiera que le apasione el arte.


Un saludo muy muy cordial

Elvira dijo...

Muy interesante, Pilar. Gracias por darme la referencia a esta entrada. Cuando ponga este cuadro en mi blog, si me das tu permiso, pondré un enlace a este post para que lean tu análisis.

Saludos