martes, 26 de agosto de 2008

EL CUBISMO NACE CON PICASSO

LAS SEÑORITAS DE AVIGNON
Cuando tienes delante de ti un grupo de adolescences dispuestos a tomar apuntes de lo que vas a comentar o simplemente esperan con mirada un poco desafiante a ver que les vas a contar que sea nuevo e interesante, buscas todas las formas posibles para que entiendan algo que a ti te costó entender.
Reconozco que yo entendí el cubismo cuando cursé una optativa que se llamaba Fundamentos del arte moderno, quizá la elegí por lo enigmático del nombre o porque el profesor era Francisco Calvo Serraller que por ese tiempo yo no sabía muy bien quién era, pero había oído que era muy buen profesor. Fue una clave en mis estudios.
Entendí muchas cosas, pero sobre todo entendí el cubismo...y cómo lo tenía que contar.

"El cubismo divide la figura en planos, la descompone científicamente, para dislocarla en el espacio, es una manera de sugerir movimiento y volumen en una superficie plana e inmóvil.
El cubismo es una revolución tan mental como plástica". Así lo comprendí yo y así se lo cuento a mis alumnos.

Picasso dijo en una ocasión: Yo no sé inglés y para mí un libro en inglés es un libro vacío, pero eso no significa que el inglés no exista".
Si el espectador no descifraba la tela no tenía que enfadarse con el artista sino consigo mismo por no haber aprendido un nuevo lenguaje. Para el artista, "el cubismo no es ni una semilla ni un feto sino un arte que trata sobre todo de las formas y, cuando una forma se materializa, ésa vive su propia vida".

RETRATO DE GERTRUDE STEIN
En 1906, Pablo Picasso se compromete a realizar el retrato de Gertrude Stein.
Necesitará 96 sesiones para terminar el cuadro, que presenta el rostro de la escritora como una máscara primitiva. Ese mismo año el pintor descubre, en el Louvre, la escultura ibérica y estudia la pintura de Gauguin. El primitivismo, el deseo de volver a lo que es natural, de romper con las convenciones sociales, se acrecienta cuando ve por primera vez tallas de lo que entonces se llamaba arte negro.
Alejado de todo y de todos, trabajando a partir de fotografías de colecciones etnográficas, Picasso preparaba su revolución en el arte.
ARTE AFRICANO



MOMA

La primera gran materialización de ese deseo de "no conformarse con ver de otra manera sino en querer ver otra cosa" será Las señoritas de Aviñón, tela de gran formato, estampa de burdel de una enorme violencia plástica.
Es la primera obra cubista.
El pintor la terminó en su estudio parisino de Montmartre, en el verano de 1907, y ahora se exhibe en un lugar destacado en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York.

Picasso no sólo abrió las puertas al cubismo sino también a todo el arte por venir, desde el expresionismo y el 'Cuadrado negro' de Malevich hasta el arte conceptual de hoy en día.
La representación de cinco prostitutas, dos de ellas con el rostro cubierto de máscaras africanas, ya no genera escándalo, pero sigue siendo una impresión visual, "incluso después de un siglo de arte donde la única ambición fue sobrepasar la obra de Picasso", escribe el crítico del New York Times, Michael Kimmelman.



AMBIENTE DEL MOMA

Picasso dinamitó con este cuadro casi todo lo que distinguía al arte occidental hasta entonces y le entregó así su expresión artística al mundo, que vivía un espectacular cambio tecnológico, científico-cultural, político y económico.
En la escena de burdel, que recibió su título una década después de una calle de Barcelona en la que había prostíbulos (Avinyó), Picasso renunció a la imitación del mundo objetivo, habitual durante décadas, que él mismo ejercitaba hasta poco antes en el "periodo rosa". Rompió con las leyes de la perspectiva, expulsó la "belleza" del arte e hizo una clara referencia a la sutil rusticidad de las máscaras africanas e ibéricas antiguas, que había visto en los museos de la capital francesa.
Las cinco mujeres desnudas, cubiertas sofisticadamente con paños, se convierten en superficies geométricas fragmentadas.
Ninguna luz modela los cuerpos y el espacio del cuadro parece unido en una sola superficie.
Las "Demoiselles" permanecieron durante años apartadas de cualquier exposición hasta que el escritor surrealista André Breton convence en 1924 al coleccionista francés Jacquet Doucet de invertir en una obra que según él "trasciende la pintura, y es un teatro de todo lo que pasó en estos últimos 50 años".
El MoMA la adquirió en 1939.

4 comentarios:

mangeles dijo...

¡ Que interesante ¡ Gracias.

Yo sé poco de arte y de pintura, pero sé una cosa de Picasso...ERA UN GRAN TRABAJADOR. El Museo Reina Sofia está repleto de bocetos para sus cuadros, montones de bocetos para el Guernika y otros cuadros. Siempre he tenido esa imagen de Picasso, la de un artista trabajador, muy dedicado a su pintura.

Un beso guapa, y gracias otra vez.

mangeles dijo...

Quería hacerte una pregunta que me hizo a mí una amiga, y no supe responder...¿por qué no se pinta el bello masculino? ...es muy díficil encontrar obras donde se pinte el bello de las piernas masculino y más difícil todavía en el pecho. En los Cristos supongo que es normal, por corresponder con Dios, y nada imperfecto puede tener(y el bello siempre se ha tenido por algo imperfecto y feo)¿pero el resto?...

Gracias...

Un besito.

Pilar Álamo dijo...

Yo creo que es más bien un gusto que se generaliza en el neoclasicismo, sobre todo por aquello de que lo neoclásico vuelve a poner latente la belleza de la antigüegad, sobre todo griega,y si nos fijamos la estatuaria griega representa la desnudez en su totalidad. Por el contrario los romanos si representan a sus personajes con barba y bastante "peludos" en ocasiones (quizá sea en este caso`para marcar la virilidad).
Bueno, sobre esto podríamos hablar mucho, pero esta es mi humilde opinión...

mangeles dijo...

Muchas gracias, eres un sol.