domingo, 23 de agosto de 2009

Joven caballero de Vittore Carpaccio


Han sido varias ocasiones las que he podido estar ante este cuadro, en el museo Thyssen Bornemisza, y debo decir que siempre descubro algo nuevo que me hace cambiar la interpretación anterior.
Cuando me voy acercando hacia esta obra tengo la sensación de que un paisaje inquietante y misterioso me presenta a un joven caballero no menos misterioso.
Siempre he pensado que este retrato de cuerpo entero podría ser la representación póstuma de un guerrero encajado en un espacio donde una cantidad de elementos se presentan como símbolos del bien y el mal, de la pureza y la corrupción.

En 1958, se descubrieron las inscripciones con la ficha, firma y leyenda, al serle practicado un proceso de limpieza .
Es uno de los cuadros más famosos del Museo.
Iconográficamente se merece un estudio pausado y detallista.

Empecemos por el joven a caballo



Parece que vaya de justa, o a una celebración.
Pero lo curioso es que se trata del mismo caballero retratado, en un desdoblamiento extraño, pues parece presentarnos a la misma persona en momentos diferentes.
El joven retratado está rodeado de animales y plantas que se presentan de forma abigarrada. Estos son símbolos de las cualidades del caballero: la lealtad representada por el perro, en dos ocasiones




La fortaleza representada por el roble (que se relacionaría con el apellido del retratado si realmente es un della Rovere),



El halcón relacionado con el valor con el valor
la azucena con la virtud,

El armiño con la pureza.



Es muy curioso como se representa la forma de caza del armiño, al que se rodea de inmundicias que es incapaz de atravesar…a modo de trampa; de ahí el mensaje que puede leerse en el "cartellino", Malo mori quam foedari, antes morir que mancharse.
Las plantas que aparecen nos dicen que es primavera, y el joven roble al que le salen las primeras hojas es paralelo del joven caballero, del que se esperan las mejores hazañas.
Su palidez (símbolo de nobleza en la Italia renacentista); su gesto melancólico y pensativo; la imagen a caballo, quizás como un recuerdo; la vegetación y la fauna, con los conejitos que se encuentran al lado de la figura de un buitre, con el vuelo de las cigüeñas a las que mira el halcón sin inmutarse; esa ciudad al fondo, con sus murallas reflejadas en el agua…
todo mezclado nos presenta una atmósfera de irrealidad, casi otoñal, vaporosa, mezclada con los signos de una primavera que parece perpetua.


Vittore Carpaccio retrató a una persona viva, lo más probable es que fuera un caballero con educación humanística, que comprendería todos los símbolos del cuadro y pensaría que se refieren a un futuro esplendoroso, lleno de virtud, y también fue capaz de realizar un "memento mori" bellísimo ya que hay una alusión muy clara a la juventud perdida tras la batalla y la fugacidad eterna del sacrificio voluntario.

Si queréis completar esta pequeña visión de este pintor, Vittore Carpaccio, os dejo una muestra de su obra

martes, 18 de agosto de 2009

¿QUIÉN ERA LA DONNA NUDA?

La manera de ordenar una escena o de representar al personaje son aspectos capitales a la hora de hacer un estudio de una obra.
La Venus de Urbino conocida también como la “donna nuda” es una obra de Tiziano con secretos y ciertos misterios que son mostrados a través de su composición y de la escena que se representa.




El primer misterio es el encargo de la obra al pintor Tiziano, que la realizó durante su estancia en la Corte de Urbino.
La Venus fue adquirida por , el hijo del duque de Urbino,Guidobaldo de la Rovere


El duque de Urbino,Francesco Maria della Rovere
. era un hombre con un carácter fuerte y algo colérico: un típico condottiere, que probablemente murió envenenado por sus enemigos.







El duque de Urbino, estaba casado con Eleonora Gonzaga, mujer bastante considerada por los intelectuales contemporáneos, como el escritor Baltasar de Castiglione.
Tiziano recibía bastantes encargos del duque, entre ellos los retratos de la pareja ducal.
Al morir el duque de Urbino, su hijo siguió haciendo encargos a Tiziano y mostró un interés especial por esta obra, que sigue marcando un enigma en la historia del arte por la identidad de la mujer. Es muy probable que el interés que mostró Guidobaldo fuera porque la mujer retratada fuera su amante y esposa.
Algunos historiadores han hecho conjeturas sobre la idea de que Guidobaldo ya había encargado la obra para su boda en 1534, de ahí su ansia por tenerla; sin embargo no existen documentos que puedan probar esta teoría.

Pero el análisis formal e iconográfico de este cuadro me acerca a una serie de detalles que descubrirán los secretos de esta obra renacentista y neoplatónica.
Empezando por el ideal de belleza que queda en detalles como el ramo de rosas en la mano de la joven tendida, que guardan el significado de un atributo de Venus y subrayan así el ideal de belleza y los gustos eróticos del renacimiento pleno.




También el estudio del cuerpo nos sitúa en un momento en que el ideal de belleza femenino atiende a unos esquemas y patrones muy concretos como:
- La frente, deja de representarse alta para dejar paso a una frente con cabellos, preferiblemente claros, que dulcifican los rasgos.




- La silueta aparece más corpulenta
- Los pechos solo se consideran hermosos si son pequeños, redondos y firmes
- El vientre ligeramente redondeado (símbolo siempre de fecundidad)


EL ARCA, ELEMENTO INDISPENSABLE DE LA DOTE
Al fondo de la estancia dos sirvientes (vestidas) nos invitan a indagar su función.
La que se ve arrodillada de espaldas además de ser un ejemplo rarísimo en la pintura aparece rebuscando en un arca (cassone) para la ropa, que constituían una pieza importante de la dote y marcaban la importancia de la fortuna de la familia.
Y la que está de pié colabora en la tarea de buscar la ropa o simplemente ayuda a sujetar lo que la mujer que está de rodillas saca del arca.




Aunque Tiziano ha pintado en este cuadro numerosos detalles fieles a la realidad, no es un cuadro realista.

sábado, 8 de agosto de 2009

Hace algo más de un año, puse en este blog un trabajo sobre el pintor checo, Alphonse Mucha (1860-1939) y me sentí muy motivada a trabajar un poco sobre su obra, entre otras cosas porque acababa de visitar la exposición que hubo en CaixaForum en madrid.
Después de varios meses comentando otras obras de arte que me llegan a conmover, obras por las que he sentido la necesidad de dejarlas un sitio en mi espacio de arte...seguía necesitando volver atrás y fijarme y obsevar un poco más un retrato de los que te han hecho sentir algo muy especial.



El retrato de su hija Jaroslava

un retrato ante el que nos detenemos a pensar y a preguntarnos,
¿qué nos querrá decir?
Para Alphonse Mucha su hija Jaroslava no está retratada como una chica seductora y sensual, sino más bien como una mujer inteligente y moderna.
Solo hace falta que le miremos los ojos, que resaltan con una mirada de persona que ya ha crecido y que llama a la puerta de la independencia o responsabilidad.


El turbante muy grande cubre su pelo y va derramando por el cuerpo,y parece que está sentada,inclinada hacia delante,pero sólo vemos su cara, y de su cara los ojos destacan por su mirada atenta como si nos estuviera haciendo una llamada de atención hacia el pintor (su padre).
Es una mirada de admiración y reconocimiento.
Este retrato tiene una sensualidad en la indumentaria y una coqueteria en los gestos de las manos que proclaman la belleza del alma a través de la belleza del cuerpo.



Fotografía de Jaroslava (hija y modelo del pintor)


Alfonso Mucha trabajó por la belleza, para él era su gran necesidad.
En el mundo del arte en el que triunfan las vanguardias, las artes que intentaban ir más allá del establecimiento de nuevos discursos estéticos, e incluso de los antidiscursos...
En ese mundo, el pintor A. Mucha emerge como una evolución revolucionaria de la tradición del siglo XIX.
Valora lo que sucede a su alrededor, y su obra lo muestra, se empapa de lo que están haciendo los más rabiosos artistas de vanguardia, pero nunca abandona su estilo, sus ideas, su universo, su forma de mostrar una sofisticada belleza.

domingo, 2 de agosto de 2009

LORENZO LOTTO (1480-1556)

A Lorenzo Lotto hay que considerarlo como uno de los pintores más complejos del Renacimiento. Tuvo una vida solitaria, y vivió en diferentes lugares.
Este pintor tuvo una trayectoria artística y humana como una espina clavada en el corazón del Renacimiento.
Gracias a Bernard Berenson descubrimos a este pintor veneciano. En su monografía sobre Lotto, publicada en 1895, Berenson nos descubrió el arte de este pintor que pareciera no haber existido nunca.
Nació en Venezia hacia 1480. Es aproximadamente tres años menor que Giorgione y alrededor de diez años mayor que Tiziano.
Sabemos quehacia 1498 se encontraba ya en Treviso.
Después, Bergamo, Ancona, Recanati y Roma …son algunas de las ciudades en las que vivió.. Dicen que era difícil relacionarse con él pero encontró desahogo y compañía en una especie de diario que escribe entre 1538 y 1553. El Libro di spese diverse donde sólo nos revela sus modestos gastos y precarios ingresos.
Un día de la primavera de 1549,el viejo Lotto subastó en una calle de Venecia las pocas cosas que le quedaban…
Al final de su vida él volvió a Venecia, lo que suponía un desafío, ya que allí sólo iba a encontrar la indiferencia del público y la hostilidad del entorno de Tiziano. En más de veinte años sólo pintó tres obras para las iglesias de Venecia que no tuvieron mucha aceptación.
Al abandonar Venecia, después de desprenderse de sus pocas pertenencias llamó a la puerta del convento de Loreto y allí se apagó su vida.




De 1505 es este retrato de hombre joven (Kunsthistorisches Museum, Vienna)
Este retrato pertenece a la primera época de Lotto, posiblemente a los años que estuvo en Treviso.
Los retratos de este pintor son intrigantes y originales. Para mí este retrato tiene un atractivo donde flota la melancolía y la belleza.
La forma de utilizar la luces, los contrastes, las posturas no es banal, el personaje nos muestra una vida interior rica, fascinante e incluso algo atormentada.
Lotto trabajó en este personaje la apariencia sensible con mucha precisión:
- El contraste entre el traje del personaje y el fondo




- El precioso brocado de la tela del fondo



- Y , pequeños detalles, como el candil de la parte superior derecha.




Y por último algo sobre la luz del cuadro:
Los blancos dan al cuadro una luminosidad fría, casi espectral, que profundiza el melancólico misterio del desconocido.