viernes, 5 de julio de 2013

El azul y los artistas

De las seis sensaciones cromáticas básicas de la visión humana el color azul es una de ellas.En las artes plásticas su opuesto es el naranja y es complementario al amarillo en la luz, ya que para formar amarillo se necesita mezclar rojo y verde al 100% de intensidad, y nada de azul.

En el arte hay un azul fantástico que conocemos como "azul ultramar" que se obtiene del lapislázuli que está compuesto de lazurita y pirita, que es la que proporciona el brillo irisado .Una vez molido y filtrado, los artistas medievales lo mezclan con aglutinantes, como las colas o el huevo, para obtener un color estable y de gran brillantez. Este azul recibe pronto el nombre de azul ultramar, para indicar su procedencia del comercio a larga distancia.


Llega de las montañas de Afganistán, lo traen los mercaderes orientales, se considera una mercancía preciosa, la llamada piedra azul o lapislázuli. Se comercia con ella como piedra semipreciosa, ya que su tono azul violáceo de gran intensidad es muy atractivo para joyas e incrustaciones. Y además, pronto se convertirá en el pigmento más preciado y caro de todos los que han existido.

Los artistas y mecenas medievales quedan fascinados con su belleza y su precio, y pronto lo convierten en un tono que hay que emplear con cuidado y en pequeñas cantidades. Los mecenas especifican por contrato cuantas onzas de ultramar se pueden usar, así que las superficies elegidas para ser pintadas por este color, tienen que ser muy especiales. La elección recae en el manto de la Virgen , que empieza a ser azul a partir de este momento.

Los pintores del trecento utilizan el azul en sus pinturas. La pureza del color casaba bien con la filosofía de la estética del momento. Cuanto más esencial,resultaba más apto para representar conceptos elevados de la jerarquía espiritual.



Para el fresco, el más estable de los procedimientos, no es posible usar un sucedáneo , como la azurita, que verdea. Por ello, el ultramar se encuentra poco en frescos medievales, la maravillosa excepción son los frescos de Giotto en Padua, con un despliegue de pigmentos de la mejor calidad.


En el siglo XV,se empieza a utilizar el óleo para mezclar los pigmentos y el ultramar pierde su brillantez. Para obtener el mismo resultado , los pintores lo mezclan con blanco de plomo, lo que permite mostrar una infinita variedad de tonos celestes de los que se beneficiarán los cielos renacentistas y barrocos.
Una obra que nos muestra este efecto es la Bacanal, de Tiziano,en esta obra se muestran toda una gama de pigmentos que conocían en Venecia , la ciudad donde vivía el pintor, y además la puerta de entrada desde Oriente a toda Europa.



En los siglos XVII XVIII hay una carencia palpable de este color y es sustituído por el azul de Prusia (sobre todo en el siclo XVIII) que es un poco verdoso.






Los impresionistas utilizaron un azul cobalto.



Y por último el grupo expresionista alemán El Jinete Azul o Der Blaue Reiter, en el que están Franz Marc, Wassily kandinsky, y August Macke, estos pintores buscan una revolución estética. Sienten predilección por los caballos, así como por el color azul, color que inunda sus trabajos.