Sabemos por la mitología que el dios Apolo hirió un día a
su amigo Jacinto al lanzar el disco en una competición y según esto en 1752 el
Conde alemán Wilhelm Friedrich Schaumburg Lippe, encargó al pintor Tiépolo que
le pintara una versión especial del episodio de la mitología que narra la
muerte de Jacinto.
Giambattista Tiepolo - “La muerte de Jacinto” (1752-1753, óleo sobre lienzo, 287 x 232 cm, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid)
En el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid está ese cuadro tan curioso de Giambattista Tiepolo, que además de su incuestionable valor artístico, nos permite encontrar en él los orígenes del tenis. El tenis, que por aquel entonces se llamaba pallacorda, se había puesto muy de moda entre los señores de clase alta del siglo XVI, y seguía estando de moda cuando Tiepolo pintó el cuadro.
En este cuadro titulado " la muerte de Jacinto" , un joven de clara piel resplandeciente está tendido con una pose un tanto decorativa, como si estuviera abandonado sobre un paño de seda tornasolado.
Tiépolo nos presenta al amante de Apolo agonizante en una escena luminosa, que no es precisamente la luz de Venecia la que irrumpe en la escena sino la de Wurzburgo, donde Tiépolo estuvo tres años trabajando para un príncipe-obispo llamado Carl Philipp von Greiffenclau del que había recibido el encargo de decorar su residencia.
Wurzburgo era una metrópoli palpitante y el Conde alemán Wilhelm Friedrich Schaumburg Lippe, hombre culto, conocía perfectamente las Metamorfosis de Ovidio, una de las obras indispensables en la formación clásica.
En el libro X, Ovidio nos cuenta que Jacinto, un hermoso joven, del que estaban enamorados Apolo y Céfiro, el dios del viento,
Un atardecer Jacinto ofreció a Apolo jugar a lanzar el disco o pelota, que en esta versión no aparece el disco, pero sí aparece una raqueta de tenis y una pelota (podemos observar la raqueta en la parte inferior derecha).
Pero sigo con la historia...Lanzó Apolo, (que para eso era
dios mitológico) la pelota con tal fuerza que Jacinto quedó maravillado, pero
Céfiro celoso, sopló y desvió la trayectoria de la pesada pelota dando en la
frente a Jacinto…y tanta sangre salía de la herida de Jacinto que Apolo no
pudiendo hacer nada para salvarlo no permitió que Hades, el dios de los
muertos, reclamara al muchacho; y de la sangre derramada del joven hizo brotar una
flor, el jacinto. Según la versión de Ovidio, las lágrimas de Apolo cayeron
sobre los pétalos de la flor y la convirtieron en una señal de luto.
El conde era muy joven cuando encargó esta obra a Tiépolo.
Falleció en 1777 cuando tenía 53 años. Y un sobrino suyo se
hizo cargo del gobierno y puede que por casualidad o no el hombre que se hizo
cargo de su sucesión se llamaba Jacinto.
Cuando veáis un Jacinto recordad el mito y su relación con
el tenis.